By Lesly Ruiz

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La violencia en Michoacán desafortunadamente no es una sorpresa, la raíz de esta causa es su tierra fértil; sumamente atractivo para la plantación de marihuana y otras plantaciones de consumo ilegal, además de la riqueza en rutas de tráfico internacional y mercados de extorsión, clave para la expansión de los cárteles, por lo que pronto se convirtió en arena de pelea para los grupos interesados en tener bajo control ese territorio.

En sus inicios el cultivo de marihuana era visto como simple trabajo de algunas familias. El incremento del narcotráfico llevo al desarrollo de cárteles, estos quisieron apoderarse o robar la siembra de plantas a los rancheros michoacanos, cuyas propiedades son la base de los estupefacientes. En algunos casos, los lugartenientes fueron forzados a trabajar para los cárteles​.

Hoy en día, gran parte de la Familia Michoacana ha cambiado de nombre a Los Caballeros Templarios, debido a pequeñas riñas dentro del grupo, pero sigue siendo un grupo que consideraba «impenetrable el estado michoacano», ya que no permitían que otros grupos entren a causar terror en el estado. Aseguraban cínicamente no ser un grupo de delincuentes, sino una «hermandad» al servicio del pueblo.  

Tiempo después llegaría el Cartel de Jalisco Nueva Generación a intentar conquistar tan aclamado territorio, desatando violencia en cada una de sus poblaciones estratégicas; dicho propósito ha sido frustrado por las profundas raíces políticas y sociales de los oponentes locales. Sin que ninguno de los dos lados pueda ceder, registrando así múltiples pérdidas humanas.

Actualmente los únicos interesados en frenar al poderoso CJNG han sido las autodefensas que, según los expertos, se mueven en una línea muy delgada entre quienes defienden legítimamente su pueblo y quienes se vincularon con otros cárteles.

El analista senior de Crisis Group, Falko Ernst, afirma que la violencia en Michoacán está relacionada con el escenario político-electoral 2021. “El crimen organizado y el Estado no se pueden separar. Como actor criminal, para sobrevivir dependes del acceso al Estado, a sus instituciones, a sus recursos, a la impunidad”, subraya el especialista.

Lo que va del año 2021 hemos tenido registros de un aumento de violencia en todos los Estados, y es que desde que inicio la temporada de campaña el 7 de septiembre del año pasado, hemos visto acaecidos políticos y candidatos por algún puesto dentro de gobierno, en todo el país.

Con más de 21,000 puestos en el gobierno local, estatal y nacional para las elecciones, incluidas 15 gobernaciones, las elecciones del 6 de junio son las más grandes en la historia de México, y los grupos criminales ven las elecciones como una oportunidad para promover sus intereses.

Un mayor control territorial permite a los grupos criminales mover bloques de votos, dándoles una ventaja para negociar acuerdos con los funcionarios actuales y futuros.

Una regla no escrita dice que “solo pueden crecer quienes tienen la protección del Estado”. Esto se puede lograr mediante el financiamiento de campañas ilícitas, que luego pueden brindar beneficios como poder acceder a las finanzas estatales e influir en las acciones de las instituciones de seguridad del estado.

Gran parte de los recientes enfrentamientos se han desatado alrededor del estratégico municipio rural de Aguililla, no lejos de la frontera con Jalisco, el estado de origen del cártel de Jalisco. La violencia ha producido una crisis humanitaria: en los últimos días más de un centenar de familias han huido de Aguililla.

Mientras tanto, las autoridades estatales y federales han hecho poco para proteger a la población civil, ya que a manera de secreto a voces se sabe que se encuentran coludidos activamente con las facciones beligerantes e incluso han luchado junto a ellas, según civiles locales, activistas de la sociedad civil y hombres armados de varias facciones.  Michoacán se ha convertido en una violenta batalla campal, en la que las secciones ya no son claras (Gobierno, narcotráfico, grupos de autodefensa) todos son oponentes y a la vez no, tener que elegir ya no es opción; pero la realidad es que la búsqueda del control de territorio nos está dejando una grieta social y humanitaria irreparable. Las personas en Michoacán han tenido que tomar bando, para saber de qué lado van a morir.


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Acerca del autor: Lesly Ruiz es Lic. En Política y Gestión Social por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco.