By Carlos Silva

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A lo largo de la historia, han existido una serie de cambios que han ayudado a dar al ser humano un gran salto. Algunos han sido por cuestiones fortuitas, como son el surgimiento del Post-It de 3M, o por mero descubrimiento científico, como la teoría de la relatividad. Sin embargo, no podemos descartar que ambas respondieron a una necesidad latente.

El llamado teletrabajo, o home office, nace en la década de los 70s en Estados Unidos ante la escasez de combustible y movilización durante la crisis del petróleo. En estas épocas, el físico Jack Nilles, -pionero del estudio Telecommunications-Transportation Tradeoff (1976), sostenía que: “si uno de cada siete trabajadores no tuviera que desplazarse a su sitio de trabajo, Estados Unidos no tendría la necesidad de importar petróleo”. Con el paso del tiempo, el teletrabajo ha sido visto como una alternativa para crear valor del trabajo a distancia. Acorde a la encuesta “Nueva realidad, nuevas formas de trabajo”, -elaborado por la firma PwC México 2020-, cerca del 46% de las empresas no había adoptado un esquema de teletrabajo. Sin embargo, ante la crisis sanitaria y las medidas de distanciamiento social, la caída de la productividad fue evidente.

Apenas el año pasado, el Senado mexicano aprobó cambios a la legislación federal actual en materia de teletrabajo. Según la última reforma al artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo, el teletrabajo se define como aquella en la que se ejecuta para un patrón, en el domicilio del trabajador o en un local libremente elegido por él. El tele-trabajador, definido como figura dentro de la ley, se expondrá a un sin fin de herramientas tecnológicas para realizar su labor diaria fuera del espacio de trabajo. Esto sin duda abre una oportunidad.

Si bien esto posibilita cambios en la legislación laboral actual, persisten desafíos importantes. Contar con las herramientas y personal laboral capacitada se han convertido en un factor crítico de éxito. De acuerdo a la misma encuesta, el 23% de las organizaciones mexicanas planean invertir en herramientas que reduzcan costos como la automatización, mientras el 26% invertirá en comercio electrónico. Convertir el inventario digital, -como son los programas, licencias y aplicaciones-, en capital de crecimiento se volverá imprescindible en los nuevos tiempos venideros.

Sin duda, la contingencia por coronavirus ha cambiado las reglas de juego. Las empresas tienen en sus manos una oportunidad histórica: romper los paradigmas actuales y adoptar soluciones tecnológicas con una clara visión estratégica. Los negocios de hoy son ágiles, seguros y colaborativos … ¿estás dentro de la ola digital?


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Referencias

Claudia Patricia Aquije. Home Office como estrategia para la motivación y eficiencia organizacional. 30 de Septiembre de 2020 de https://www.palermo.edu/economicas/cbrs/pdf/pbr18/PBR_18_17.pdf

Luis Mejía. (2020). Desafíos y “aliados” para adoptar el home office plenamente. Miércoles 30 de Septiembre de 2020, de CIO Sitio web: https://cio.com.mx/desafios-y-aliados-para-adoptar-el-home-office-plenamente/

Mesa Directiva: Cámara de Senadores. (19 de junio de 2019). Proyecto de Decreto de Reforma al artículo 311. 30 de Septiembre de 2020, de Cámara de Senadores Sitio web: https://infosen.senado.gob.mx/minutas/documentos/64/497LXIV.pdf

Redacción El CEO. (5 de Agosto de 2020). 97% de los trabajadores en México quiere «home office» permanente tras Covid-19:PwC. 30 de Septiembre de 2020, de El CEO Sitio web: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Home-office-se-busca-empleado-con-laptop-e-internet-propio-20200711-0019.html


Acerca del autor: Carlos Silva es maestro en Administración y Dirección de Empresas (MBA) por la EGADE Business School. Docente en el ITESM y estratega de datos.