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¿La nueva creación de partidos políticos es una demanda social? Probablemente. MORENA desde la fecha en que fue fundado, creció en demasía. En poco tiempo ganó la Presidencia de la República y la mayoría en el Congreso de la Unión en la coalición ‘’Juntos Haremos Historia’’.
Las prerrogativas asignadas a los partidos políticos es algo muy cuestionado por la población, aún en el entendido de ser un gasto para la pluralidad y la democracia. En la opinión pública es latente la sugerencia de que el dinero y presupuesto otorgado a los partidos políticos debería ser donado para algo más. Quizá la vox pópuli tenga razón.
Esta postura obedece a un contexto histórico, en el que la política es vista desde un matiz gris y con adjetivos inclinados a la corrupción y malos manejos. No es un gasto con una aceptación generalizada y la creación de un partido nuevo con un potencial crecimiento al que tuvo MORENA, puede ser la justificación de una orgánica petición de la ciudadana.
Los nuevos partidos políticos no pueden justificar su creación con dicho discurso, no antes de la jornada electoral sin conocer su votación alcanzada.
La exigencia y participación ciudadana es buena y sobre todo necesaria. Obliga a quienes aspiran a un cargo de elección popular a ser más competitivos, comprometidos y preparados. También a presentar mejores propuestas y estar obligados a sustentarlas. Estas no deben quedar al aire, siendo solo promesas de campaña para “endulzar el oído” de los votantes. Pero definitivamente no es una demanda social la creación de tantos partidos cuando se presentan más candidatos que propuestas serias.
Después de la última jornada electoral donde solo un partido arrasó, los partidos tradicionales buscarán renovarse. Ello implica un cambio estructural y alinear la postura ideológica con el trabajo diario. Entendiendo lo que se necesita primordialmente en la comunidad. Con ello, mostrarán más nivel para recuperar espacios. El beneficio de este cambio y nuevo planteamiento será para la población.
Hasta este momento todo luce impecable.
Sin embargo, los claroscuros de este proceso electoral comienzan cuando existen más candidatos con propuestas improvisadas que con un marco ejecutable y ordenado. Esto solo entorpece las cosas.
Crear un partido político no es el problema, el problema radica en mantener su registro.
La situación se extiende desde las instancias nacionales y locales, por ejemplo, en el Estado de Veracruz habrá municipios donde se presenten más de ocho opciones.
Resulta que todos los dirigentes de los nuevos partidos “comparsa”, se atreven a utilizar expresiones que denotan un conocimiento exacerbado, con el que presumen conocer de ‘’Pánuco a Las Choapas’’. Como si ya se hubiera consolidado la aceptación y apoyo de estas comunidades. Es mentira.
Y es que, con dificultad y tartamudeo apenas logran pronunciar los distritos.
Con estas reestructuraciones, las nuevas coaliciones y los distintos candidatos, el escenario político se torna confuso. Existe con esto, un espacio y una oportunidad para lucrar. Inclusive se han comprado afiliaciones o registros sin consentimiento.
Mientras que las y los aspirantes se pelean por las candidaturas de las coaliciones: MORENA/PVEM/PT y PAN/PRI/PRD, los otros partidos regalan las candidaturas para cumplir con el requisito de postulación. Con este proceso cínico y carente de sentido institucional, existe más interés para participar en la planilla como regidor primero, que ser quien encabece la planilla en la elección municipal.
Sin mencionar a las y los aspirantes que, al repetir participación, pero ahora en otro partido, reflejan más sus ganas de triunfar que la vocación de servicio público.
Esto sigue generando propuestas confusas e improvisadas que engañan a la gente. Se habla de creación de hospitales municipales o demás construcciones efímeras sin protestad jurídica. Como la tradicional pavimentación de calles en cada domicilio que se visita. Propuestas que no cambian la condición de vida de las personas. Esto no detona un beneficio ni al proceso electoral, ni a los electores.
Lucrar con el escenario para la creación de nuevos partidos no es una demanda social. Existe un esfuerzo por hacer que parezca lo contrario, aunque puedan existir excepciones con buenos aspirantes. La competencia real está entre las coaliciones de MORENA/PVEM/PT y PAN/PRI/PRD. No hay más.
Un partido político es un articulador social de demandas, sentimientos, creencias, símbolos, deseos y aspiraciones comunes.
Las campañas se ganan en campo, con estructura y planteamientos coherentes y concretos, más allá del discurso con el que se logra convencer al electorado. Se debe elegir la mejor propuesta expuesta por estas coaliciones y esperar a que pierdan o mantengan su registro los nuevos partidos.
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Acerca de autor: Diego Lavalle es politólogo egresado del Centro Latinoamericano de Estudios Superiores.
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