By Adrian Garcia

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El 7 de julio del año 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de una empresa pública: “Gas Bienestar”. El objetivo de esta empresa será la venta de cilindros de Gas LP a bajo costo para el consumidor, considerando el incremento de los precios de este producto a nivel internacional. Además, fomentará la competencia en el sector, ya que según datos del mandatario, hay al menos cinco grupos empresariales que acaparan el 50% de la venta de gas en México y tienen un margen de utilidad alto. Es decir, obtienen ganancias redituables a partir de los elevados precios que ofrecen a la población.1

No obstante, algunos grupos de especialistas, los mismos gaseros2 e instituciones como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) han advertido que esta medida no representará una solución para este problema. Asimismo, afirman que la creación de una nueva paraestatal traería consigo muchos gastos para la administración actual.

A partir de ello cabe preguntarse ¿Por qué se pone en tela de juicio la creación de una empresa que beneficiaría al consumidor y alentaría la competencia en el mercado? Al respecto, se asume que la creación de “Gas Bienestar” no contempló el diagnóstico que desarrolló la Cofece en 2018, donde se advirtió la necesidad de reestructurar el esquema que utilizan los empresarios para vender gas. Así como el rediseño de la red de distribución del producto.

Primeramente, uno de los puntos relevantes en el anuncio de “Gas Bienestar” es la poca competencia que existe en el mercado. Según el informe de la Cofece hay 5 grupos empresariales que acapararon el 53% del mercado en el 2017, con la posibilidad de que incrementara dicho porcentaje.3 En 2021, el presidente de la Republica corroboró dicho supuesto.

La estrategia que él diseñó se basa en colocar un nuevo distribuidor con precios bajos, para que el consumidor tenga más opciones de adquirir el producto. No obstante, se presume que el esquema que favoreció el fortalecimiento de los grandes grupos empresariales se mantendrá. Dicho esquema se sustenta en la concentración de infraestructura para el almacenamiento de gas LP por parte de estos 5 grupos empresariales y el modelo de importaciones del gas, que sólo los favorece. 4 5

En este sentido, la Cofece lanzó una serie de recomendaciones tales como la venta de tanques de gas en autoservicios y a través de los almacenes de Diconsa, para llevar el producto a las zonas más marginadas del país a través de pequeñas y medianas empresas. Ello con el objetivo de aumentar la oferta y disminuir el precio promedio del gas. Además agregó que, “en términos de la normatividad aplicable, los precios no dependen de una sola autoridad o instancia reguladora. Sino de una serie de acciones integrales que, en conjunto, se orienten a la generación de condiciones de mercado que garanticen los precios a la baja”.6

No obstante, se hizo caso omiso a ello y el jefe del ejecutivo optó por una medida para el corto plazo, que conllevó la creación de una empresa desconcentrada de Pemex, para garantizar la distribución, almacenamiento y venta del gas. Esta paraestatal modificará el presupuesto actual para la asignación de recursos federales, ya que se deben de garantizar los gastos operativos y de administración de la nueva empresa pública. Cabe destacar que, hasta la fecha, no se han presentado informes detallados sobre estas modificaciones.

Otra área de mejora en la propuesta del presidente Andrés Manuel es referente al tema de la distribución. Particularmente, se ha dicho que se contratarán pipas para abastecer el gas. No obstante, la concentración de esta actividad por parte de los grandes empresarios, ampliaría la brecha entre las regiones donde se encuentran operando (principalmente la península de Yucatán, Baja California Sur y la región norte del Pacífico) y las zonas marginadas de difícil acceso del país, como los estados del Bajío.7 Es decir, a través de este modelo de distribución no se disminuirá la brecha entre el volumen de consumo de las zonas más favorecidas y las que han sido relegadas.

La solución más eficaz es la utilización de ductos para el transporte del producto. Al respecto, ya existe la posibilidad de que actores privados utilicen los ductos que son propiedad o copropiedad de Pemex. No obstante, se debe “garantizar el acceso abierto a los ductos (…) o a todo el que lo requiera, siempre que sea técnica y económicamente viable, en términos de lo que establece la Ley de Hidrocarburos. Además, es importante identificar y castigar negativas injustificadas al acceso abierto”.8

Sin embargo, parece ser que la propuesta ha favoreciendo la utilización de pipas o semirremolques, ya que Pemex ha abierto una convocatoria para trabajar en Gas Bienestar como chofer o ayudante en el transporte y repartición de gas LP.9

En conclusión, Gas Bienestar es reflejo de cómo el ejecutivo federal toma decisiones de transcendencia nacional de manera unilateral. La creación de esta empresa no se llevó a cabo en un ambiente de cooperación y diálogo con actores subnacionales, tales como las empresas gaseras, los trabajadores del sector (que dicho sea de paso, ya han empezado una huelga general que se traduce en el desabasto del producto10) y las instituciones autónomas encargadas de regularlo.

También, es muestra del poco interés hacia la transición de modelos de gestión energética sostenibles y amigables con el medio ambiente. En el escenario internacional, el desuso de productos derivados de los hidrocarburos ha sido una constante en las agendas de gobierno, desde la crisis energética de la década de 1970.11 El aumento en los precios del gas no sólo se debe a la baja productividad de las transnacionales gaseras que se han visto mermadas por la pandemia de COVID-19.12 Son síntomas de que, en el futuro cercano, este producto dejará de ser redituable para las economías del mundo, a causa de su alta volatilidad, su costo de extracción y el daño que provoca al medio ambiente.


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1 Andrés Manuel López Obrador, “Conferencia Matutina: Creación de empresa Gas Bienestar”, México, Palacio Nacional, 7 de julio del 2021 (Conferencia).

2 El término gasero y su plural, gaseros, será entendido como los empresarios y/o trabajadores que se dedican a la distribución y venta de Gas LP en el territorio nacional.

3 Víctor Manuel Madrid Ayala et al., “Transición hacia Mercados Competidos de Energía: Gas LP”, México, COFECE, 2018, p. 52.

4 Es importante aclarar que en México, se importa cerca del 80% de Gas LP. En el pasado, Pemex regulada unilateralmente el volumen de importaciones. No obstante, en 2017 los empresarios comenzaron a participar en este proceso y además, se liberó el precio del gas para que se modificara conforme a la oferta y demanda a nivel internacional. Víctor Manuel Madrid Ayala et al., op. cit., pp. 48 y 49.

5 Víctor Manuel Madrid Ayala et al., op. cit., p. 52.

6 Jessika Becerra Ortiz, “¿Gas del Bienestar bajará los precios? Cofece dice que no y mejor sugiere estas acciones”, El Financiero, México, 8 de julio de 2021 (sec. Economía).

7 Víctor Manuel Madrid Ayala et al., op. cit., p. 51.

8 Ibídem, p. 44.

9 “Pemex busca empleados para trabajar en Gas Bienestar”, El Universal, México, 31 de julio de 2021, (sec. Cartera).

10 Para más información véase https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/piperos-de-gas-lp-levantan-paro- de-labores-en-edomex?cx_testId=1&cx_testVariant=cx_1&cx_artPos=3#cxrecs_

11 Amylkar D. Acosta, La crisis energética y las energías alternativas, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2011, pp. 1, 7 y 8.


Acerca del autor: Adrian Garcia es egresado de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la UNAM. Ha trabajado en algunas organizaciones políticas e instituciones gubernamentales de índole financiera y estadística.