By Karina Maturano

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La educación es la mejor manera de establecer un sentimiento de solidaridad social, proporcionando a todos un bagaje cultural común. La educación sucede en tres ámbitos completamente válidos (educación formal, no formal e informal) sin embargo, la esencia de cualquiera de las tres se encuentra en los aprendizajes obtenidos de manera cotidiana, los hechos que les ayudan a formar la sensibilidad individual tanto para sí mismo como en sociedad.

La educación para quien pretende “construirla” es un compromiso amplio, hay que promover y trabajar la ética y la moral con base a un modelo ideal para el contexto, proporcionando material diverso que se adapte a cada entorno, pero sin dejar de lado el “acuerdo” para que todos convivamos en sintonía.

La teoría educativa no busca, por lo menos en primera instancia, describir el papel o la función de la educación, sino que trata de dar consejos acerca de lo que deberían hacer los sujetos que trabajan en la práctica educativa. El contenido teórico de la educación no necesariamente lo hacen educadores, sino sujetos que están en constante interacción con algún proceso, enfoque o especialidad educativa o social y sus aportaciones, a las personas que se están formando de lleno en la educación de los seres humanos en cualquier situación, ayudan a ampliar el panorama que un especialista en educación conoce. El enriquecimiento de donde sea confiable y nos aporte, aumenta y nutre el campo profesional.

Cada maestro que realiza un trabajo profesional adquiere tal compromiso, junto con el reconocimiento de ciertas medidas necesarias para alcanzar esa finalidad.

Es como hacer una carta descriptiva, antes de aplicarla en el aula, hay que comprometerse a realizarla adecuadamente para nuestros sujetos y así alcanzar un objetivo específico de aprendizaje, lo que conlleva una observación, planeación y ejecución de tal carta.

El ejercicio de la pedagogía es delicado en sentido de no aplicar algún plan o programa, etc. Sin tener elementos como la contextualización, fundamentación, justificación antes y después de la aplicación, las y los pedagogos son parte de un proceso permanente en el ser humano, no deberíamos equivocarnos, agregando que no tenemos con quien hacer prácticas para saber cómo enmendar un impacto negativo en un individuo, es complicado asumir que no se debe de parar de trabajar en el perfeccionamiento de la profesión, no sólo con fines individuales, también para el futuro y significar la pedagogía ante las personas que no sabían de su existencia, así como crear un progreso y contribuir a la evolución de la pedagogía.


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Referencia: Moore, T.W. “Filosofía y filosofía de la educación”, Filosofía de la Educación, Edit. Trillas, México, 2006.


Acerca del autor: Karina Maturano es estudiante de pedagogía en la FES Acatlán – UNAM.