By Ana Solana

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Más que otros años, 2019 y 2020 han estado marcados por una nueva ola de movilización feminista, incluso se dice que se encuentra en su “época de oro” por la notoriedad que ha adquirido en la vida cotidiana. Es por lo que es importante que se sepa qué es lo que realmente busca este movimiento, sobre todo porqué se le han adjudicado connotaciones negativas y éstas han sido la razón por la que tanto hombres como mujeres lo critican y rechazan. Comencemos por el hecho de que por la similaridad semántica de las palabras feminismo y machismo, se piensa que comparten significado y que en este caso se busca la superioridad respecto al hombre. También, erróneamente se piensa que las mujeres feministas son aquellas que odian a los hombres o que tratan de evitar la feminidad. De igual forma se piensa que éstas quieren imponer su forma de pensar a otras mujeres. Sin embargo, ninguna de estas creencias es correcta, lo que realmente busca el feminismo, es mejorar la condición de la mujer en sociedades que tienen una tradición construida sobre la desigualdad de género. En pocas palabras, se trata de nivelar el campo de juego entre los géneros y garantizar que las mujeres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades en la vida como los hombres. Propone dejar atrás los estereotipos de que los hombres son fuertes y capaces de todo mientras que, por el contrario, las mujeres son seres pequeños, frágiles e indefensos y por lo mismo incapaces de realizar ciertas actividades, lo que da como resultado: división del trabajo por género, trabajos peor remunerados, despidos injustos, distribución desigual de las tareas domésticas y parentales (discriminación).

La historia del feminismo no es para nada reciente como muchos piensan, de hecho, debemos retroceder hasta la Revolución Francesa para hablar de sus orígenes. Cuando Napoleón Bonaparte escribió la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, al no referirse a la condición de las mujeres, las dejó sin derechos sociales y políticos. No obstante, Olympe de Gouges, considerada como una de las primeras feministas, publicó la Declaración de los Derechos de las Mujeres y los Ciudadanos en la que establecía igualdad de género sobre los derechos civiles, la educación, el acceso al trabajo, entre otros. A pesar de que sus ideas le valieron la muerte bajo la guillotina, sus escritos y filosofía dieron un gran avance al papel de la mujer en una época donde su participación estaba extremadamente reducida. En el caso de México, su primera manifestación fue durante la Revolución Mexicana cuando las mujeres incursionaron en ámbitos exclusivos de los hombres como la guerra y la esfera pública, modificando las ideas de género vigentes en el Porfiriato. El primer movimiento feminista como tal, se dio en 1916 en Yucatán, cuando maestras y mujeres de clase media buscaron crear consenso sobre las reformas educativas y sociales.

¿Qué se ha logrado con el feminismo en México?

  • El derecho al voto. El 17 de octubre de 1953, el presidente Ruíz Cortines finalmente promulgó las reformas constitucionales a los articulo 34 y 115 fracción I, para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena.
  • Participación en la política. Después de obtener el derecho al voto, las mujeres comenzaron a participar en la vida pública, primero como alcaldesas, representantes en secretarías, diputadas locales o federales y senadoras; después como gobernadoras y finalmente ya hasta han contendido por la presidencia de México.
  • Educación. De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres en 1980 solamente el 30% de la matrícula era femenina, pero su asistencia llegó al 40% en 1990 y 45% en 1995. Alrededor del año 2000, las mujeres rebasaron a los hombres por muy poco y actualmente la matrícula universitaria de las mujeres ha crecido de manera considerable. De acuerdo con el INEGI las mujeres conforman 53% de los estudiantes que se gradúa. A pesar de esto, no se ve reflejado en los salarios ya que, aunque las mujeres estudian más, ganan menos. Pese a las cifras favorables, aun queda mucho por mejorar.
  • Carreras Universitarias. Del mismo modo se ha incrementado la participación femenina en carreras que eran consideradas exclusivamente para hombres. Según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la última década ha habido un aumento del 38% en la matrícula femenina. A pesar de que el crecimiento es sostenido, la brecha de género todavía es muy amplia.
  • El reconocimiento de la violencia hacia las mujeres. El movimiento feminista se encargó de visibilizar la violencia hacia las mujeres como una complicación que le concierne al Estado y por ello, para atender este tipo de violencia se han promulgado normativas especificas como: Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; Ley para Prevenir, Atender, Sancionar y Eliminar la Violencia contra las Mujeres; Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres; Ley Ingrid; Ley Olimpia, entre otras. Aun cuando existe todo esto, los delitos de violencia contra la mujer se dispararon este año. Esto involucra: feminicidio, lesiones dolosas y/o culposas, secuestro y trata de personas. Sí, en este tema todavía queda muchísimo más por hacer.

Después de toda esta información, ahora sí, puedes crear tu propio juicio, y está bien si no quieres llamarte feminista, esa es una elección personal, por supuesto.


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Acerca del autor: Ana Solana es internacionalista egresada del Tec. de Monterrey y ha colaborado en diferentes organizaciones de la sociedad civil.