By Marco García

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Trascendió un proyecto de Morena en el Congreso del EdoMex, para cambiar la estructura político-administrativa de la entidad. El paquete de tres reformas es encabezado por el senador Higinio Martínez, quien busca la presidencia del Senado para el siguiente año y es reconocido por muchos como el candidato natural de su partido por la gubernatura del Estado.

Las reformas plantean cambios profundos en materia política, administrativa y financiera. Entre otras cosas, buscan expedir una nueva Constitución Política para el Estado de México, reducir 40% el número de síndicos y regidores en toda la entidad y dividir Ecatepec en dos municipios para crear el ayuntamiento de Ciudad Azteca.

Sabemos que Morena apretará el acelerador para reflejar estos cambios antes de la contienda electoral de 2021 y que los ayuntamientos electos para 2022 se rijan por el nuevo marco jurídico. Por eso ya cuenta con el aval del presidente de la Junta de Coordinación Política, Murilio Hernández. Además, los congresistas locales tienen el respaldo de diputados federales, senadores y la superdelegada Delfina Gómez.

Políticamente, el proceso ordinario para expedir una nueva Constitución debería iniciarse con la convocatoria a un Congreso constituyente; pero ningún proceso electoral es ordinario y la vía elegida Morena fue el camino más sencillo: proponer un paquete de reformas constitucionales y negociar con el PRI para alcanzar la mayoría calificada. Ya hay acercamientos con el Secretario de Gobierno, Alejandro Ozuna, el subsecretario Elías Rescala y otros funcionarios del Edomex quienes parecen inclinarse por acompañar las iniciativas.

Son conocidos los vínculos del senador Higinio con el secretario Marcelo Ebrard y el diputado Mario Delgado; piedras angulares de la 4T que difícilmente desconocen el tema de la “reforma de Estado para el Estado de México”. Además, el senador es uno de los mejores operadores políticos de Morena en la actualidad y aunque perdió espacios de poder después de su abierto apoyo al aeropuerto de Texcoco, está reagrupando sus fuerzas de cara a la próxima contienda electoral y a su eventual candidatura por el gobierno del EdoMex.

La maniobra no parece imposible. El bloque del senador Higinio ya cuenta con mayoría en el Congreso local y ha demostrado cierta habilidad para negociar con el PRI del Estado. Desde su escaño en el Senado y quizás desde la presidencia, su influencia política y visibilidad mediática serán aún mayores. Todo parece indicar que el senador ha optado por dejar atrás el bajo perfil que lo venía distinguiendo.

El Grupo Acción Política que lidera Higinio Martínez ya está definiendo sus candidaturas para 2021, donde brillan los perfiles que aspiran a la reelección municipal. La “reforma de Estado para el Estado de México” es la joya de la corona.

Pocos se oponen a la idea de que el municipio de Ecatepec es insostenible política y administrativamente. Incluso, hay quienes empiezan a proponer esta demarcación como un nuevo Estado de la República. Sin llegar a esos extremos, la iniciativa de Morena no parece una apuesta descabellada. Más bien, apunta hacia la gobernabilidad.

La desaparición del 40% de síndicos y regidores en todos los municipios del Estado ha sido planteada en los mismos términos: como una alternativa de gobernanza efectiva que abonaría, además, a la austeridad republicana del presidente López Obrador. Lo que poco se ha dicho es que, junto a estos espacios políticos, también desaparecerían muchas comisiones de los cabildos como población, participación ciudadana, atención a la violencia contra las mujeres, transparencia, acceso a la información pública y datos personales. Y esto sí es peligroso.

A reserva de conocer el proyecto de reformas a la Constitución del EdoMex, el paquete legislativo de la “reforma de Estado” tiende a la concentración del poder en una sola persona y atenta contra la naturaleza del municipio, el último eslabón del gobierno, como la instancia más cercana de vinculación ciudadana.

Lamentablemente, en la práctica, los cabildos han sido reducidos a eso: oficinas de vinculación ciudadana; otra razón de peso para estar de acuerdo con el proyecto del senador.

La verdadera función de los regidores es ejercer algún contrapeso en el municipio, deliberando en consenso las necesidades de la población y vigilando de cerca el ejercicio de los recursos. Una auténtica “reforma de Estado” buscaría dotarlos de mayor fuerza y no debilitarlos hacia la inoperancia.

De aprobarse en los términos propuestos, como parece que ocurrirá, la “reforma de Estado” anunciará a las demás entidades del país que es posible un gobierno sin contrapesos en el nivel municipal y podemos anticipar una escalada de reformas similares en las demás entidades.

Planteada en esos términos, la reforma política anunciada no parece un ejercicio aislado del senador Higinio para gobernar su propio Estado a modo en el futuro, sino un ejercicio coordinado para fortalecer los cacicazgos locales a lo largo de todo el país, alejados de la participación ciudadana y la rendición de cuentas.

Una reforma político-administrativa como la que veremos en las próximas semanas debe madurarse a fuego lento y no bajo la premura de una elección en puerta. Nuestro país no está para experimentos, sino para escuchar a los expertos. Y aunque es necesaria una “reforma de Estado para el Estado de México”, los diputados locales tienen tiempo suficiente para acordarla en los mejores términos, fortaleciendo y no debilitando.

En estos momentos, la pelota está botando en la cancha del PRI. La pregunta es: ¿será capaz de detenerla o la dejará pasar?


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Acerca del autor: Marco García es director ejecutivo de la firma Demolytics. Miembro del Consejo General de la Abogacía Mexicana, la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales y la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos.