By Guillermo Domínguez

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Tanto la iniciativa privada, como el gobierno y universidades  deben de invertir en la ciencia pero especialmente en dos áreas; la genética y la clonación (ambas ciencias que van muy ligadas).

Dicha inversión se debe de concentrar en la investigación, estudio y desarrollo de proyectos.

La clonación de órganos nos puede traer múltiples beneficios, ya que si se abre el mercado, se legisla, se invierte y se estudia podría erradicarse el mercado negro y el tráfico de órganos, los órganos mecánicos bajarían de precio, la esperanza de vida se alargaría, los tiempos de espera serían más breves, habría menos preocupaciones en conseguir dichos órganos.

La clonación de alimentos podría resolver realmente un problema mundial que es el hambre, se cumpliría uno de los puntos de la agenda 2030. La solución  efectiva la tenemos enfrente de nosotros, no hay vuelta de hoja. Conforme esta pasando el tiempo la población está creciendo y con ella la demanda de alimentos, llegará el momento en que entraremos en una crisis de alimentos y se desencadenará múltiples hambrunas, debemos estar preparados exterminando la hambruna.

Existen seres vivos en peligro de extinción (como es el caso de la vaquita marina, oso polar, lince ibérico, el rinoceronte, etc.) por medio de la clonación podemos reparar el daño que le hemos hecho a la naturaleza al hacer los animales suficientes para que se restaure ese equilibrio natural. 

En cuestión de la genética debe de impulsarse al máximo ya que esta ciencia nos puede garantizar que nuestros descendientes nazcan sanos, más fuertes de su sistema inmunológico y  sin enfermedades  crónicas, mutaciones, trastornos, síndromes, etc. que las susodichas han condenado a generaciones de nuestras familias, las demandas por medicamentos se reduciría. 

Aquí es cuando te pregunto ¿Cuánto amas a tu hijos, sobrinos, nietos, bisnietos, etc? Esta es una oportunidad para garantizarles salud y una vida plena, libre de medicamentos y enfermedades. Piensa en tu familia y en tus seres queridos, todos saldrían beneficiados.

Muchos de nuestros problemas se resolverían.

La bioética declara que no debe ser correcto  partiendo del “principio de la dignidad humana” que dicho principio vacío, derivado de un sueño de opio y no palpable. Esto limita el progreso de la ciencia  verídica, palpable, efectiva y resultante. La Bioética no quiere que tengamos una vida plena, sana y fuerte, además de que es bastante conservadora. Yo sé que para ellos este artículo es blasfemo ya que yo predico el progreso y para mí la bioética es la santa inquisición del siglo XXI, que está sustentada en ideales vacíos, que no quiere que se desarrolle la ciencia y el conocimiento. Para las ciencias y la naturaleza no existe la dignidad.

La genética y la clonación pueden salvar vidas. Todo sea por el progreso de la ciencia y por el ser humano. Hay que superarnos y evolucionar como seres humanos.


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Acerca del autor: Guillermo Domínguez es estudiante de Derecho en la UAM Azc. Además es director Jurídico de Acción Juvenil Coyoacán y Presidente Estatal de Ags. de Somos JUCAM A.C.