By Guillermo Domínguez

Correo: labvdominguezh@politicaladvisorsapc.com


El día de hoy se consolido la confederación denominada “Va Por México” conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Revolucionario Democrático (PRD). Muchos dirán que es un día historio, pero les digo que no es para tanto, histórico hubiera sido en que los tres se fusionaran en uno solo con un nuevo rostro y pulido, donde sus estatutos coincidan con lo que digan y practiquen, donde se aprendió del error.

Hay que dejar en claro que una alianza no garantiza un triunfo, y quedó muy en claro en 2016 donde fui testigo de la alianza del PRI y del Partido del Trabajo (PT) por la Gubernatura del Estado de Aguascalientes donde abanderaban a Lorena Martínez contra el PAN con Martín Orozco Sandoval donde resultó triunfador el PAN.

El PRI es un partido que en la escritura (sus estatutos) es de centro izquierda cosa que en la realidad no es cierto, y son ahora más de tendencia de derecha desde 1982 con la llegada de Miguel de la Madrid y los famosos “Tecnócratas” ya que ellos mismos nos dirigieron a la globalización (cosa que no tiene nada de izquierda). El PAN es un partido que dice ser de centro derecha pero que en la realidad y en la práctica es derecha por ende no se discute. Lo que si sorprende y es el PRD siendo un partido de izquierda se una con los de derecha, dejando muy en claro que el hambre de votos y la urgencia por sobrevivir es canija. Pero aquí el análisis no son las ideologías sino la confederación de los partidos (eso ya será para otro artículo).

Aquí el común denominador es: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo” y ¿Quién es ese enemigo en común denominador? pues ni más ni menos que Andrés Manuel López Obrador (AMLO). 

En 2018 había previsto una “crisis de fe institucional” (como un servidor le llama) que es la pérdida de confianza que tienen los ciudadanos mexicanos a las instituciones, esto se da por la gente que ya había votado por el PRI al igual que por otros partidos y no encontró lo que buscaba, es por ende que decidió inclinarse por la izquierda que encabeza Morena que son socialdemócratas.

Ya después de casi 3 años mucha gente se ha visto decepcionada por la izquierda, y al tener mala experiencia por ambas inclinaciones es por lo que desarrollará un sentimiento de decepción al sistema democrático por ende crecerá la matrícula de simpatizantes de extremas y radicales ideologías tanto de izquierda como de derecha, ya que ambas extremas garantizan un cambio rápido y palpable (cosa que los partidos actuales no pueden asegurar). No dudo que de 5 a 15 años surgen al menos dos partidos radicales que no creen en el sistema democrático y ellos desarrollaran sus políticas públicas.

Dicha crisis es observable en la consulta denominada “Confianza en las Instituciones” realizada por Mitofsky en el presente mes y año. Donde arroja como resultado que los mexicanos tienen mayor confianza en Ejército Mexicano con un 80%. Esto reafirma mi tesis al decirnos que los mexicanos creen más en una institución que no practica la democracia que en una que lo practica.

¿Acaso este será el inicio del fin de la crónica de la muerte anunciada del sistema democrático en México?


Con tu apoyo podremos crear más y mejor contenido ¡Ayúdanos a seguir creciendo!



Acerca del autor: Guillermo Domínguez es estudiante de Derecho en la UAM Azc. Además es director Jurídico de Acción Juvenil Coyoacán y Presidente Estatal de Ags. de Somos JUCAM A.C.