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Una de las decisiones políticas más importantes para cualquier candidato presidencial en Estados Unidos, sea del partido que sea, es la elección de su vicepresidente/a. Para Joe Biden esta decisión no fue la excepción.
Para muchos expertos, en el caso de Biden, la fórmula electoral debía mantener algunas divisiones de alto valor para los electores: 1) raza, 2) género y 3) generación. Afortunadamente para la democracia partidista y nacional, la decisión que ha hecho Joe Biden de compañera de fórmula ha atinado en el cumplimiento de estas divisiones y ha reconocido el movimiento afroamericano dentro del Partido Demócrata, ya que la elegida ha sido Kamala Harris
Kamala Devi Harris, senadora por California, será la primera mujer de raza negra en ser candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos y su elección puede ser entendida desde diferentes perspectivas.
Primeramente, Harris debe mostrar que la decisión de Biden al elegirla como compañera de fórmula no fue errada sino más bien estratégica. Esta decisión apunta a que Harris tendrá que ayudar a Biden en tres cosas: 1) complementar sus deficiencias, 2) ayudar a ganar votos en ciertos grupos y 3) hacer de la fórmula un balance ideológico. Primeramente, Harris, con sus conocimientos jurídicos y legislativos que aplicó como fiscal de distrito en San Francisco y como fiscal general de California, aportan una visión jurídica responsable de lo que debería ser la democracia estadounidense bajo el liderazgo demócrata. Además, su experiencia como parte de los Comités de Inteligencia y Judicial complementaría las bases de la política de seguridad nacional e internacional que Biden pretende poner en práctica.
Segundo, Kamala Harris debe funcionar como una parte fundamental de la campaña para captar el voto afroamericano y latino; es decir, de las minorías. Por un lado, Harris, como senadora, se ha pronunciado sobre cuestiones de mala conducta policial; sin embargo ha tenido problemas para reconciliar la base afroamericana con su historial como fiscal. Actualmente, ella es una de las demócratas que apoya una legislación policial que prohibiría la fuerza de estrangulamiento, la discriminación por perfil racial y las órdenes de arresto (Hakim, Saul y Oppel 2020); por otro lado, se ha pronunciado a favor de la agenda hispana propuesta por Biden, la cual incluye una reforma migratoria integral que permita la legalización de los migrantes indocumentados, el restablecimiento de DACA para los dreamers y la eliminación de fondos para centros de detención privados (ICE) (Peña 2020).
Aunque estas causas pueden ser una inyección de entusiasmo para las minorías en favor del Partido Demócrata, lo cierto es que el reto que enfrentan Biden y Harris de movilizar a los votantes es inmenso. Tratando de replicar la fórmula que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca, Biden y Harris deben reconocer que el voto afroamericano será clave en estados como Michigan, Pensilvania, Wisconsin, las Carolinas del Norte y Sur, Georgia y Florida. Además, sumar votos entre las minorías para su partido es una tarea constante que deberá seguir haciendo Harris si mantiene futuras ambiciones presidenciales.
Tercero, la fórmula Biden-Harris ha logrado unir a los liberales/progresistas y a los liberales/moderados del Partido Demócrata al recibir su respaldo abiertamente. También, han logrado captar el reconocimiento y el voto de simpatizantes y figuras republicanas disidentes de la administración de Donald Trump. El recibimiento conjunto de estos apoyos demuestra que la fórmula demócrata es una aglomeración de una gran parte del espectro ideológico estadounidense. Ahora bien, tanto Biden como Harris, ambos pertenecientes a los liberales/moderados, pretenden impulsar una política de centro-izquierda moderada encontrando algunas diferencias en materia ambiental, laboral y económica. De esta manera, el equilibrio ideológico de la fórmula Biden-Harris tratará de impactar en las preferencias electorales en los 6 swingstates.
Por último, es necesario recordar que de ganar la elección en noviembre, Biden tendría 78 años al momento de asumir la presidencia, superando a Trump como el mandatario más viejo en la historia de Estados Unidos. Esta es una razón más por la que la elección de Kamala Harris como compañera de fórmula es estratégica, ya que Biden, por su edad, probablemente sería un presidente de un solo mandato. De esta manera, el relevo generacional para la elección presidencial de 2024 pondría a Harris con mayor posicionamiento y liderazgo entre los demócratas para definir la línea del partido por los próximos años. Así que la elección de Kamala Harris pretende ser un proyecto político de diversificación e inclusión a largo plazo para el Partido Demócrata; pues no debemos olvidar que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ha habido 15 vicepresidentes en la historia moderna de Estados Unidos, de los cuales 5 llegaron posteriormente a ocupar la presidencia.
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Bibliografía:
Hakim, Danny, Stephanie Saul, y Richard Oppel. The New York Times . 9 de agosto de 2020. https://www.nytimes-com.cdn.ampproject.org/v/s/www.nytimes.com/2020/08/09/us/politics/kamala-harris-policing.amp.html?amp_js_v=a3&_gsa=1&usqp=mq331AQFKAGwASA%3D#aoh=15978505315336&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com%amp_tf=De%20%251%24s%ampshare=http (último acceso: 19 de agosto de 2020).
Peña, María. Noticias Telemundo: Kamala Harris, llave para atraer el voto latino y desalojar a Trump de la Casa Blanca. 12 de agosto de 2020. https://www.telemundo.com/noticias/noticias-telemundo/politica/kamala-harris-llave-para-atraer-el-voto-latino-y-desalojar-a-Trump-de-la-casa-blanca-tmna3827773?cid=facebook-news (último acceso: 19 de agosto de 2020).
Acerca del autor: Carlos Islas es politólogo por la UAM-I y miembro de la Red de Norteamericanistas del CISAN de la UNAM.
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