By Lesly Ruiz

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El 10 de abril del presente año seremos testigos de un nuevo ejercicio de participación democrática derivada de la promesa de campaña del actual presidente de México en el que se cuestionará:

¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?

La Ley Federal de Revocación de Mandato tiene su origen en la reforma constitucional del 2019 pero para que se lleve a cabo la consulta popular fue necesaria la petición expresa al Instituto Nacional Electoral de parte de los ciudadanos, según lo ordena la Ley. Y, pese a los pronósticos el proceso de revocación va.

Lejos de ser un instrumento democrático, pretende ser una reafirmación del actual gobierno. Además de ser un intento (afortunadamente fallido) de hacer quedar mal a nuestras instituciones (INE), ejerciendo fuerte presión sobre ellos.

Para hacer efectiva la revocación de mandato serán necesarios al menos 37.3 millones de votos, es decir, un 40% de la lista nominal de electores. En el caso de que el resultado sea revocatorio el presidente cesará en sus funciones al día siguiente y se aplicará el artículo 84 constitucional, con el que el Secretario de Gobernación en turno tomaría el cargo mientras el Congreso nombra a un presidente interino.

El Gobierno actual no se cansa y pretende seguir con una campaña electoral en todo momento, solo para reafirmar, por egocentrismo devoto, que el pueblo le sigue eligiendo.

La consulta de revocación de mandato no sentará ningún precedente de que el poder radica en el pueblo, debido a que este ejercicio no está siendo impulsado auténticamente por los ciudadanos, sino por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido político, Morena.

Los expertos han sostenido que el espíritu de la consulta de revocación de mandato se ha revertido al promoverla como una ratificación, lo cual es absolutamente innecesario porque el artículo 83 de la Constitución establece que el presidente de México durará en el cargo seis años.

La cuenta regresiva se acerca, los pronósticos indican que, de haber un resultado vinculante, se espera que sea una negativa a la revocación de mandato, ya que toda esta promoción electoral en su mayoría radica por partidarios de MORENA, en espera de una legitimidad forzada, lejos de ser un instrumento democrático, real y útil. Además de que la fuerza opositora ha hecho toda una campaña a la No participación, cómo una manera de expresar el descontento ante dicho proceso.


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Acerca del autor: Lesly Ruiz es Lic. En Política y Gestión Social por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco.