Correo: enrique.dupuy@politicaladvisorsapc.com
Regresemos unos años en el tiempo, los niños jugaban futbol en las calles de sus colonias, a pesar de que el marcador estuviera a favor de un equipo, el gol de oro definía cuál era el que pagaba los pastelitos de chocolate, los refrescos y/o los dulces. Se iba a la tienda o a las tortillas en triciclo o caminando y ya los infantes más aventurados iban en bicicleta, patín del diablo o motocicleta.
Sin embargo, para los grandes el triciclo es un móvil de trabajo, en donde los tamaleros y tamaleras salen a las cinco y media de la mañana para vender las clásicas guajolotas, el champurrado y el atole de guayaba; en donde las personas que venden zacates, o afilan cuchillos tienen su lugar seguro de venta. Los tacos de canasta ni se digan, gracias a dichos triciclos podemos ver en las esquinas tacos sudados de frijol, papa, adobo y chicharrón que nos salvan de no comer en un día arduo laboralmente hablando.
Pero, para la alcaldía Miguel Hidalgo, de la Ciudad de México, al parecer no se ve así, sino que se ve a los triciclos como el “masiosare” del territorio. El director General de Gobierno y Asuntos Jurídicos, Hegel Cortés Miranda, se vanaglorió por decomisar 140 triciclos porque los trabajadores informales no respetaban el 30% de aforo permitido por el semáforo naranja en la zona de Polanco y Granada.
Al ex precandidato para la jefatura delegacional de Coyoacán, se le olvidó que en la zona de Observatorio y Tacubaya la afluencia de comerciantes, tianguis y zonas comerciales rebasa más del 30% el aforo permitido y ninguna autoridad ha desplegado un operativo para quitar los triciclos.
Además, cabe resaltar que en México, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México casi 6 de cada 10 personas económicamente activas trabajan en la informalidad, inclusive se ha incrementado en los últimos 3 meses el trabajo sin salario fijo. Lo ilógico de Cortés Miranda fue que si bien quiere “ayudar a bajar los índices de contagios de la alcaldía”, lo único que logrará es el descontento de la mayoría de los mexicanos por quitarles las herramientas de trabajo que les permitan librar la crisis económica suscitada por el COVID-19.
Gerardo Esquivel, subdirector del Banco de México, le puso un tweet a Cortés Miranda reclamándole por la acción realizada, a lo que le contestó que, dado que no se siguieron las medidas de protección civil, la alcaldía aplicó los procedimientos normativos administrativos pertinentes para proceder con el “embargo” de los móviles.
Por otra parte, el Partido Acción Nacional (PAN) ya acusó al alcalde morenista de la Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, por incurrir en desvío de recursos públicos y peculado. El coordinador de la bancada, Mauricio Tabe y demás diputados de la bancada partidista dicen que tienen pruebas que vincularían a Romo con tal acto ilícito.
Por supuesto que tales acusaciones salen cuando el exsecretario técnico de la Comisión de Administración del Senado de la República, Rafael Caraveo y el ahora exsecretario particular del gobernador de Querétaro Francisco Domínguez, Guillermo Gutiérrez Badillo, ambos cercanos al PAN, recibiendo fajos de dinero de parte de comisionados de Petróleos Mexicanos (PEMEX) con vistas a aceptar la reforma energética.
Por supuesto que la presión mediática ha hecho que tanto Marko Cortés como Cortés Miranda tomaran cartas en el asunto y trataran de disminuir la muerte mediática que esto podía significar para sus carreras. En el caso del dirigente nacional del PAN, Cortés argumentó que en caso de que se compruebe que militantes del partido hayan recibido sobornos, se les desafiliará del mismo; por su parte, Cortés Miranda, tuvo que retractarse de su acción y explicó que los triciclos se regresarán y los que no se reclamen se donarán.
Sí, supuestamente el hermano del exdirector de PEMEX Emilio Lozoya Austin, fue quién infiltró los videos de los sobornos; sin embargo, ello no puede martirizar a ninguna persona o partido político que esté implicado.
El simbolismo de los videos, el enjuiciamiento de Lozoya y las malas estrategias de los triciclos han hecho una nueva historia política para el partido gubernamental y los partidos opositores con vistas a las elecciones de 2021. Todos buscarán como degollar las aspiraciones de los candidatos contrarios a sus ideologías, quitar las alianzas estratégicas que no les permitan llegar a las sillas institucionales y hacer todo lo posible, no importa cómo, para ser el ideal para la “democracia mexicana”.
Precandidatos, candidatos y aspirantes a un cargo municipal, estatal y federal de elección popular, no sean mentirosos y sean leales a sus ideales. Los cargos se ganan en las calles, en los partidos y en el cabildeo, no haciendo mal a los demás, no les conviene manchar su imagen. México está en temporada de cambios, aprovechen los vacíos de los demás, la persuasión argumentativa y la retórica que les permita alcanzar sus sueños.
No se conviertan en la oscuridad del gobierno o de los opositores, sean los brillos y los símbolos que la gente quiera alcanzar. Los infantes en triciclos “Apache” y los adultos en triciclos de trabajo, la vida sigue pero sus reputaciones pueden caer en un santiamén.
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Acerca del autor: Enrique Dupuy es estudiante de la licenciatura en Ciencia Política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, campeón metropolitano de discursos y fundador del equipo universitario de debate del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.
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