Las tareas urgentes de la administración Biden

By Carlos Islas

Correo: carlosislas97@politicaladvisorsapc.com


Después de un tortuoso proceso electoral, el día de hoy Joe Biden tomará posesión como el presidente número 46 de los Estados Unidos. Lo cierto es que asumirá la presidencia en un momento difícil y complicado para dicha nación en varios frentes. Por ello, las tareas de Joe Biden en la presidencia deben comenzar desde el “día uno” para aliviar las heridas que Donald Trump rajó durante cuatro años en el cargo más importante de la administración pública estadounidense.

Por lo menos, la administración entrante tiene que realizar acciones urgentes para abordar cuatro crisis interconectadas: la crisis del Covid-19, la crisis económica resultante, la crisis climática y la desigualdad racial. Hay que destacar que muchas de las promesas de Joe Biden se pueden lograr mediante acciones ejecutivas, mientras que otras dependerán de la aprobación del Congreso.

A continuación, una mirada a las posibles acciones para los primeros 100 días de gobierno de la administración Biden:

Primeramente, Joe Biden debe proponer una estrategia nacional contra la pandemia del Covid-19 que repare el desastre causado por la administración Trump con cerca de 25 millones de contagios y poco más de 400 mil muertes. Dicha estrategia, como lo ha dicho el propio Biden, tratará de “adelantarse” al virus a través de varias medidas: 1) el uso obligatorio de mascarillas durante 100 días; 2) aumentar el número de pruebas y rastreo generalizado; 3) distribución de equipos de protección personal para los trabajadores de la salud; 4) aceleración a gran escala de la campaña de vacunación en los 50 estados con el fin de aumentar los sitios de inmunización, aumentar la oferta y la demanda de dosis y la movilización máxima del personal médico; 5) vacunas gratis a los estadounidenses, tengan o no seguro médico (e independientemente de su estado migratorio) llegando a una meta de 100 millones de dosis aplicadas durante los 100 primeros días de gobierno.

Con estas medidas básicas, la administración Biden espera reducir el número de contagios y muertes provocadas por el Covid-19. Además, Biden ha asegurado que mantendrá al inmunólogo Anthony Fauci como su asesor médico en jefe del grupo de expertos de la Casa Blanca.

Segundo, la administración Biden debe acordar junto con el Congreso una reactivación económica efectiva centrada en un enorme paquete de estímulos para seguir enfrentando la crisis del Covid-19 y en ayudar a las familias estadounidenses, así como a los pequeños negocios golpeados por el cierre masivo de actividades.

Desde julio pasado, Joe Biden reveló su estrategia “Build Back Better” con la que pretende inyectar 700 mil millones de dólares para la creación de empleos en diversos sectores de la economía. Por lo pronto, este ambicioso plan ha comenzado con la petición de Biden al Congreso de un paquete económico de 1.9 billones de dólares para financiar de manera inmediata y urgente la reactivación de la economía estadounidense.

El “Plan de Rescate Americano” propone una serie de nuevos gastos enfocados en el incremento de los pagos directos a los hogares (2 mil dólares por persona además de los 600 dólares que aprobó el Congreso en diciembre pasado), la ampliación de los beneficios por desempleo, mayor cantidad de dinero para los gobiernos estatales y locales (350 mil millones de dólares en asistencia financiera y 20 mil millones para el sistema de transporte público), la extensión de los programas de vacunación (20 mil millones de dólares para la creación de un programa nacional de vacunación y 50 mil millones para aumentar los esfuerzos de prueba y rastreo), el incremento del salario mínimo federal a 15 dólares (actualmente es de 7.25 dólares por hora), asistencia económica para la apertura de las escuelas (170 mil millones dólares en recursos académicos), asistencia de alquiler (30 mil millones de dólares en pagos de alquiler a familias de bajos ingresos) y ayuda a pequeñas empresas (35 mil millones de dólares para financiar la apertura de pequeños negocios y 15 mil millones en subvenciones para empleadores). Recordemos que este plan ambicioso de reactivación económica debe aprobarse por el Congreso, en el que a partir de hoy los demócratas tienen ambas mayorías.

Tercero, Biden ha prometido que su primera acción de gobierno será el regresó de los Estados Unidos al “Acuerdo de París”, que abandonó Trump en 2017. Dicho regreso se plantea tras un creciente número de huracanes e incendios forestales que han golpeado a los Estados Unidos en los últimos años.

Ahora bien, la estrategia a seguir es la implementación de un ambicioso plan de dos billones de dólares contra el cambio climático, impulsando la creación de 10 millones de empleos, promete una “Revolución de Energía Limpia” enfocada en la creación de una economía limpia al 100% y de cero emisiones para 2050. Dicho plan, financiado mediante la reversión de los recortes de impuestos firmados por la administración Trump, se enfoca en la reconstrucción de carreteras, puentes, edificios, la red eléctrica y la inversión en infraestructura sostenible, investigación e innovación climática

Lo cierto es que sus acciones de gobierno deben ir más allá del escenario nacional, impulsando viejas y nuevas alianzas para la reducción de las emisiones de carbono e implementar nuevos estándares de regulación ambiental, así como la organización de cumbres climáticas enfocadas en lograr que los países desarrollados y subdesarrollados intensifiquen su ambición y sus esfuerzos en tono a sus objetivos climáticos nacionales.

Cuarto, la administración Biden y de manera específica la Vicepresidenta Kamala Harris, debe enfocarse de manera primordial en la lucha contra el racismo estructural y la desigualdad social.

Si bien Trump ya se va, hereda un discurso de odio plagado de planteamiento simplones de enorme penetración social. Joe Biden tiene que reconstruir de manera urgente el tejido social de una manera notablemente radical y que convenza desde el principio. Empezando con aumentar impuestos a los más ricos y reestablecer un sistema de salud de mayor acceso, Joe Biden impulsará la creación de una Comisión Nacional de Vigilancia entre policías y activistas para resolver el problema de la justicia racial en el país. Por otro lado, Biden ha prometido nombrar una comisión bipartidista para estudiar y proponer reformas al sistema judicial, que de acuerdo con el demócrata “se está saliendo de control”. Sus planes incluyen la creación de un programa de subsidios que impulse a los gobiernos estatales a reducir el encarcelamiento y el crimen, asegurando el acceso a viviendas para exconvictos y medidas para reducir la reincidencia.

Por último, Joe Biden se ha comprometido a presentar un paquete sustancioso de reformas migratorias que permita un camino a la ciudadanía para los 11 millones de migrantes indocumentados en sus primeros 100 días de gobierno, incluyendo lo más de 700 mil dreamers. Además, revertirá las prohibiciones de viaje que impiden que ciudadanos de varios países musulmanes ingresen a los Estados Unidos.

La estrategia en materia migratoria se centrará en otorgar una residencia temporal de ocho años, al término de los cuales buena parte de los 11 millones de indocumentados podrán pedir su tarjeta de residencia o “green card”, para que tres años después puedan obtener su ciudadanía. En el caso de los beneficiarios de DACA y TPS, tendrían acceso exprés a la residencia. Además, se ha pedido a varias instituciones que trabajen de manera coordinada para reunir a los cerca de 600 niños que fueron separados de sus padres por la política migratoria de la administración Trump en la frontera sur.

En conjunto, la administración Biden pretende implementar políticas con un rasgo humano y sensible, todo lo contrario a lo impuesto por su antecesor. De esta manera, el gobierno de Joe Biden llega con amplias expectativas de restaurar el nombre de los Estados Unidos a nivel internacional. Sin embargo, se espera que sus acciones de gobierno, por lo menos los dos primeros años de su administración, estén concentradas en arreglar el desastre domestico que generó Trump. De cualquier manera, los Estados Unidos pueden presumir de su regreso a la mesa.


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Acerca del autor: Carlos Islas es politólogo por la UAM-I y miembro de la Red de Norteamericanistas del CISAN de la UNAM.

1 comentario

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  1. Buenísimo el aporte. Saludos.

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