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Durante la elección presidencial de 2016, en Estados Unidos se dio un viraje político y cultural que fueron suficientes para darle la victoria electoral a Donald Trump. Este viraje, inclinado hacia la derecha, apostó por un candidato abiertamente racista, xenófobo y nacionalista dispuesto a desmantelar el establishment de Washington.
Hoy, 2020, faltando poco menos de cuatro meses para la elección presidencial, Estados Unidos se encuentra en una encrucijada que puede definir su futuro por los próximos años. Por un lado, el presidente Donald Trump, conservando su base electoral cercana 30% de los electores, busca reelegirse en el puesto siendo acusado de incompetencia por los más de 3 millones de contagios y más de 135 mil muertos a causa del Covid-19; por otro lado, el candidato Joe Biden, con un gran apoyo de las minorías, busca llegar al puesto para remediar los males que aquejan a Estados Unidos ofreciendo su experiencia como vicepresidente en la administración de Barack Obama.
Si bien la elección se está viviendo de manera atípica, el triunfo de Joe Biden y los demócratas puede significar mucho. Como lo fue Donald Trump en 2016 hacia la derecha, la victoria de Joe Biden en noviembre próximo puede representar un cambio hacia izquierda en el espectro ideológico que define a Estados Unidos por las siguientes razones:
Primeramente, La victoria de Joe Biden representaría la victoria de todo el Partido Demócrata en su conjunto, ya que a diferencia de Hillary Clinton en 2016, Biden logró aglomerar a una gran cantidad de votantes demócratas al ser respaldado por Bernie Sanders y Elizabeth Warren; es decir, el ala más radical del partido.
Ahora bien, en buena medida la victoria de Biden depende de que tanto se corra hacia la izquierda durante la campaña en un par de temas claves: 1) su elección de vicepresidenta, ya que si se decide por Warren se consolidaría un viraje más sólido hacia la izquierda en cuanto a política pública pero si se decide por un perfil más moderado como el de Kamala Harris o Amy Klobuchar, reconoce que la verdadera batalla electoral se encuentra en los estados del centro para aglomerar a los republicanos moderados disidentes de Trump y 2) su discurso, ya que si Biden quiere ganar los seis swing states, en los cuales va adelante en las encuestas,tiene que moderar su discurso en cuanto a la política social y económica que ofrece a los trabajadores de estos estados. Cabe resaltar que de acuerdo al New York Times (2020), Biden tienen una ventaja de 33% en los votantes moderados y de 21% entre los votantes independientes.
Segundo, si al igual que en 2016 la elección se torna hacia el espectro cultural y racial, no cabe duda que Biden representa una postura de izquierda al apostar por una mayor inclusión y participación de las minorías en las decisiones políticas. Con un apoyo de +74 entre los afroamericanos y de +39 entre los hispanos, la batalla central de Biden es entre los votantes blancos en la que mantiene una diminuta desventaja de 1% frente a Trump.
Tercero, si la victoria de Biden arrastra la victoria de los demócratas en la Cámara de Representantes y en el Senado, Estados Unidos reafirmaría este vuelco a la izquierda. Con un gobierno unificado, los demócratas darían respuesta ante las presiones y demandas de reformas progresistas: 1) un sistema de salud con seguro universal de pagador único; 2) guarderías para los niños de todas las ciudades; 3) un seguro de desempleo renovado y 4) remediar el enorme daño que ha sido el racismo estructural para los afroamericanos a través de cerrar las brechas en cuanto ingreso, patrimonio, vivienda, salud, educación frente a la población blanca.
Por último, la figura de un Estado interventor que comprometió recursos para el pago de seguros de desempleos se convirtió en un mecanismo hecho realidad para millones de estadounidenses; es decir, el viraje hacia la izquierda de la sociedad estadounidense se aceleró debido a las condiciones económicas y sociales que ha causado la pandemia de Covid-19.
Este viraje acelerado representa una oportunidad para Biden y los demócratas de consolidar una agenda liberal. Sin embargo, aunque Biden, en lo personal, tiene que vender moderación para su llegada a la Casa Blanca, su programa de gobierno debe vender una política pública progresista que enfrente las consecuencias de la pandemia para adaptarse a la nueva realidad a la que él se ha referido.
Mientras tanto, aunque la sociedad estadounidense se encuentre en un péndulo ideológico, los sectores moderados serán los que definan la elección. No obstante, el viraje que den hacia la izquierda, en favor de Biden, o hacia la derecha, en favor de Trump, fijará el rumbo de Estados Unidos en los próximos años.
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Bibliografía:
New York Times. Biden Takes Dominant Lead as Voters Reject Trump on Virus and Race. 30 de Junio de 2020. https://www.nytimes.com/2020/06/24/us/politics/trump-biden-poll-nyt-upshot-siena-college.html#click=https://t.co/8wlva4Yq30e (último acceso: 14 de Julio de 2020).
Acerca del autor: Carlos Islas es politólogo por la UAM-I y miembro de la Red de Norteamericanistas del CISAN de la UNAM.
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