By César Guzmán

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El pasado 7 de julio el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se crearía la empresa Gas Bienestar para apoyar a la economía familiar de los mexicanos. Esta empresa se encargaría de vender gas LP a bajo costo y haría contrapeso a los precios abusivos de las compañías gaseras que operan en el país, además de esto, añadió la administración federal que se regularía el precio tope que deberían respetar las empresas para poder comercializar el producto derivado del petróleo.

Esta decisión gubernamental generó altas expectativas entre la mayoría de la población puesto que se podría acceder a la adquisición del combustible a precio justo, generando un ahorro en el bolsillo de los mexicanos lo cual sería una grata noticia después de lo mal que ha estado la economía para muchas personas desde el inicio de la pandemia, principalmente.

Por otro lado, también hubo reacción por parte de las empresas gaseras y es que el Gobierno de México, al buscar establecer precios fijos, provocó descontento entre los dueños de estas corporaciones, los cuales argumentaron que este tipo de medidas se tomaban para perjudicar a la iniciativa privada sin considerar que afectaría la ganancia de la industria lo que repercutiría directamente en el salario de los empleados o en su posible despido si la decisión continuaba de este modo.

Ahora bien, hace unas semanas se pudo observar en la Zona Metropolitana del Valle de México un intento de protesta orquestado por los gaseros, pues varias empresas del gremio comenzaron a cerrar sus sucursales como una manera de expresar su descontento a la regulación de precios, también golpearon a repartidores y pipas que decidieron no dejar de vender gas y negar su unidad a dicha la protesta.

Poco a poco se fue negociando con el gobierno federal la situación de las corporaciones ante esta nueva medida, lo cual dio como resultado la disolución de la protesta, pues se acordó que estos respetarían los precios. Sin embargo, esa sería la primera página del libro de la situación que hoy se presenta. Crear una paraestatal que venda Gas LP puede parecer una tarea fácil, no obstante, debe garantizar la búsqueda del consenso de todos los sectores del país que se ven involucrados con esta acción.

Por lo anterior, se ha generado ya un nuevo roce significativo con la industria privada, lo cual llevaría a AMLO a mantener cierta efervescencia de un gremio que aunque parezca que no actúa de manera contundente sí tiene relevancia como actor económico y político, incluso las gaseras tuvieron el respaldo de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), ya que esta declaró hace unos días, que los precios no debían fijarse de una forma tan repentina pues podría generarse un piso disparejo para algunas empresas.

En este mismo acto, AMLO pidió a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que los precios se siguieran ajustando cada semana para que en ningún lugar del país se vendiera a precio excesivo el gas mientras se lograba la comercialización de este producto por parte del gobierno. Esto generó una crítica entre opositores al gobierno y sus simpatizantes pues al mismo tiempo en que se busca beneficiar a la economía familiar, también la oposición afirma que se está atacando verticalmente a la industria privada.

La misma oposición ha argumentado que jugar a establecer los precios de esa manera podría desencadenar una especie de vicio, puesto que si se regulan los costos de los productos / servicios de la iniciativa privada provocaría el surgimiento de la inflación como sucedió en los años setentas y ochentas.

Como podemos ver, esta nueva iniciativa presidencial es muy significativa, ya que la creación de una paraestatal de tal importancia nos demostraría que AMLO y su política económica de buscar la creación de un Estado Benefactor en pleno siglo XXI podría lograrse o quizá acercarse a lo que muchos progresistas del siglo pasado hubieran soñado con obtener para sus países, y evidenciaría que, a pesar de que se le ha criticado por no hacer cambios relevantes para evitar el continuo ascenso del neoliberalismo económico, sí ha comenzado a marcar una pauta importante a partir de su administración para buscar el bienestar de la población.

En los próximos días se comenzará a comercializar el Gas LP en la Ciudad de México y se comenzará por Iztapalapa y Azcapotzalco, en donde se asegura que el precio del cilindro de 20 kg será de $200.00.

Quizá por un momento hemos observado que las compañías gaseras se han reservado en seguir con la protesta y han mantenido el descontento de manera cautelosa. Sin embargo, será muy interesante ver lo que suceda en unas semanas cuando comience a operar la venta y distribución del Gas Bienestar. En la Ciudad de México existen 5 gaseras importantes que por años han llevado a cabo la venta del gas, entre estas 5 empresas se han dividido por zonas la distribución y comercialización de este combustible, también entre estos corporativos siempre habían acordado el precio máximo del gas, este común acuerdo era el que mantenía los precios elevados para que cada empresa llevara ganancias importantes a su beneficio.

Este vaivén trae consigo no solo un enfrentamiento entre gobierno e iniciativa privada / opositores, también trae un interesante acontecimiento que puede alterar el orden de cómo se ha llevado la política económica por años, bastará observar en los próximos días el reordenamiento que pudiera haber tras la irrupción de una empresa paraestatal dedicada a la venta del derivado del petróleo.


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Acerca del autor: César Guzmán es egresado de la carrera de Ciencia Política de la UNAM y actualmente ejerce como funcionario público en la Secretaría de Bienestar del Gobierno Federal.