By Israel Medreno

Correo: imedrano@politicaladvisorsapc.com


“Quería saber más de ciencia [un hombre], pero toda la ciencia le había sido expurgada antes de llegar a él. A este hombre le habían fallado nuestros recursos culturales, nuestro sistema educativo, nuestros medios de comunicación. Lo que la sociedad permitía que se filtrara eran principalmente apariencias y confusión. Nunca le habían enseñado a distinguir la ciencia real de la burda imitación” (Sagan, 1997: 21).

En esta semana las noticias del mundo del espectáculo en México se han centrado en cierta celebridad cuya polémica surge meses atrás con su opinión acerca de la pandemia y las vacunas, básicamente no cree en ninguna de las dos, en días pasados se ha informado que se encuentra en un hospital a causa de complicaciones por Covid-19, aunque la información no ha sido confirmada sería lamentable que fuese cierta como la de muchas personas alrededor del mundo. Dada la creciente campaña de desinformación mediante redes sociales sobre la pandemia es pertinente escribir sobre la pseudociencia. Los movimientos antivacunas llevan ya un largo tiempo, mucha gente está aterrada y no precisamente por la enfermedad que está azotando al mundo sino por el temor que causa aplicarse una vacuna con supuestos componentes que podrían controlarnos en el futuro, más allá de las burlas (no justificadas y que no deberían ser apoyadas) que esto puede causar se debe tener una reflexión pertinente ya que aquellas personas antivacunas al igual que en la cita con la que este escrito inicia también estuvieron interesadas en la ciencia pero en su búsqueda se toparon con explicaciones muy interesantes sobre diversos fenómenos pero sin sustento, la ciencia verdadera no es que les haya llegado tarde pero las explicaciones de la pseudociencia les conquisto.  A esto también se le debe sumar la falta de cuidado de los medios de información en redes sociales al escribir títulos a algunas notas como “Hombre muere después de ponerse la vacuna…” o “Mujer se desmaya mientras le aplicaban la vacuna…” tomando en cuenta que una gran parte de la población en México no acostumbra a leer y solo se quedan con los títulos y tienden a establecer causalidad donde no la hay, el psicólogo premio nobel de economía Daniel Kahneman en su obra Pensar rápido, pensar despacio hace un esquema para ayudar al lector a entender un poco la mente humana (sistema 1 y sistema 2), “el sistema 2  centra la atención en las actividades mentales que lo demandan, incluidos cálculos complejos… El sistema 1 que es muy hábil en una forma de pensamiento: automático y sin esfuerzo  identifica relaciones causales entre  acontecimientos, aunque esas relaciones sean a veces espurias” (Kahneman, 2016: 35-148). De manera general se trata de evitar el esfuerzo así que usualmente se usa el sistema 1 que no siempre es el adecuado y eso sucede con los partidarios de los movimientos antivacunas, confunden correlación con causalidad, la primera se puede establecer a partir de un coeficiente, pero la segunda no, la causalidad se establece a partir de la lógica, debe ser correcto en el sentido de que se deben seguir la reglas para llegar a una conclusión, pero al mismo tiempo debe ser verdadero.

El sistema de educación le fallo a los antivacunas, no son del todo responsables, pero tampoco se les quita méritos ya que hay personas de este movimiento con estudios a nivel superior, curioso ¿no?


Con tu apoyo podremos crear más y mejor contenido ¡Ayúdanos a seguir creciendo!


Sagan Carl (1997). “El mundo y sus demonios”. El planeta, Barcelona, España.

Kahneman Daniel (2016). “Pensar rápido, pensar despacio”. Debolsillo, Barcelona, España.


Acerca del autor: Israel Medrano es pasante de la licenciatura en Economía, representante de México en el South American Business Forum, Argentina en su edición número 15.