By L. Alberto Islas

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Se suele pensar en la innovación como en algo de reciente surgimiento, no es así; la innovación no consiste simplemente en crear una invención y, que dicha invención, se traduzca en un producto comerciable. 

Las ideas de Schumpeter fueron un parteaguas en la conceptualización de la innovación. Schumpeter introdujo dos conceptos que han tenido un gran impacto en el posterior desarrollo del tema: la innovación y el empresario innovador como personaje central de la innovación. Schumpeter (1934) argumenta que la innovación es el principal motor del desarrollo económico y del bienestar de la sociedad en general.

Para Schumpeter, el proceso de innovación es la fuerza fundamental que moviliza la producción y su desarrollo. Sin embargo, no todas las innovaciones tienen las características necesarias para ser consideradas innovaciones como tal; innovar no solo es tener capacidad inventiva, sino que, según Schumpeter, son las innovaciones radicales las capaces de provocar cambios “revolucionarios”, trayendo consigo transformaciones estructurales y decisivas en la economía y en la sociedad (Montoya, 2004). Por innovación radical se entiende: 1) la introducción de nuevos bienes de consumo en el mercado, 2) el surgimiento de nuevos métodos de producción y transportación, 3) la apertura de un nuevo mercado, 4) la generación de una nueva fuente de oferta de materias primas y 5) cambios en la organización de los procesos productivos.

A este proceso de surgimiento de innovaciones radicales fue lo que Schumpeter llamó “destrucción creativa”: “Revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro, destruyendo interrumpidamente lo antiguo y creando continuamente elementos nuevos. Este proceso de destrucción creadora constituye el dato de hecho esencial del capitalismo. En ella consiste en definitiva el capitalismo y toda empresa capitalista tiene que amoldarse a ella para vivir” (Schumpeter, 1942 p. 120).

Ahora bien, así como Schumpeter identificó que no todas las innovaciones son innovaciones radicales, así mismo no cualquier tipo de empresario puede llevar a cabo este tipo de innovaciones. Las innovaciones radicales son el elemento fundamental para el mantenimiento del sistema económico, pero este proceso de innovación no se da por casualidad, ni es espontaneo; sino que es un proceso deliberado.


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Bibliografía.

Montoya, O. (2004) “Schumpeter, innovación y determinismo tecnológico”, Scientia et Technica, 2(25), pp. 209-213

Schumpeter, J. (1934) Teoría del desenvolvimiento económico: Una investigación sobre ganancias, capital, crédito y ciclo económico. México: FCE

Schumpeter, J. (1942) Capitalism, Socialism and Democracy. United States: Harper & Brothers.


Acerca del autor: L. Alberto Islas es maestrante en Economía Social por la UAM – Iztapalapa; actualmente desarrollando la tesis: «Pobreza estructural y niveles de productividad. Un análisis regional; México: 2008 – 2018».