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Desde años atrás se comenzó a hablar del famoso deep state, una fuerza obscura y maligna en las entrañas del poder estadounidense, haciéndose eco de las palabras del presidente Truman de que el complejo militar industrial podría ser un riesgo para la democracia y el reconocimiento de que Estados Unidos era casi una oligarquía.
Biden en su último discurso acentúa este punto. (No quedando muy en claro si se refería a la propia del complejo o a los denominados techno bros cercanos a Donald Trump). Esta afirmación no es nueva, filósofos estadounidenses han hablado de ellos desde Chomsky hasta economistas de la talla de Stiglitz y Jeffrey Sachs, lo que no siempre se dice tanto por desidia al considerar la historia como algo del pasado y aburrido, por ignorancia supina o por intereses de grupo y de clase.
Es polémico escribir sobre el deep state ya que muchos consideran una teoría conspirativa, aunque la conspiración sea parte de la política muchas veces y más en los imperios. Brutus y Julio Caesar por dar un ejemplo o el que nos ocupa, las millonarias recaudaciones de los candidatos a cargos de elección popular por parte de las farmacéuticas, tecnológicas, banca, etc. El fentanilo y su liberalización por parte de Purdue Pharma, crisis que costo una multa minúscula a la farmacéutica en comparación por la ganancia y engancho ahora miles de adictos que una vez se les impidió acceso legal, recurrieron al mercado negro del narcotráfico.
Me gustaría explicar este proceso oligárquico partiendo desde la media duración, para el historiador Braudel un proceso histórico tiene implicaciones de corta data, de media data y larga data. Para este caso abordaré a partir de la victoria de los aliados frente a la Alemania fascista, los procesos de cambio en Rusia y China en ese periodo como la ventana de oportunidad que tiene México para desarrollarse de forma estratégica con una alianza sólida con el bloque del T-MEC sin renunciar a lo indispensable del comercio chino, el cual es nuestro segundo socio comercial sin ningún tratado de libre comercio.
Natura Pecata de la Pax Americana
El modelo de crecimiento estadounidense después de la segunda guerra mundial tuvo tres pilares fundamentales; la industria, la hegemonía del dólar en el comercio internacional y las grandes adquisiciones de deuda pública sostenida en la hegemonía del mercado internacional y la enorme liquidez obtenida. La crisis energética de finales de los 50’s mostró el debilitamiento de un keynesianismo distorsionado de una economía de guerra de la década pasada, las tensiones de la guerra fría encumbrada con la creación de la OTAN en 1949 y respondida después por la Unión Soviética en 1955 con el Pacto de Varsovia causó el caldo de cultivo de una economía que necesita la guerra para crecer y del aparato ideológico del enemigo sobre nosotros.
El límite de endeudamiento estadounidense aumentaba así sus exportaciones de armas para la defensa de la democracia ya sea interviniendo directamente o no, la demanda de comercio iba en aumento así la circulación de dólares lo que daba grandes respiros al sistema político-económico de nuestro vecino, el conflicto y el imperio del comercio iniciaron su ruptura cuando Reagan, Thatcher y el democrático liberal Pinochet impulsaron el nuevo liberalismo, redujeron los estados de bienestar y dieron la bienvenida a China como le prometieron a Rusia si dejaba de ser Unión Soviética las dulces mieles del libre mercado y la seguridad colectiva de ni un paso al frente hacia al Este.
La Unión Soviética en parte caía y en parte la derrumban con promesas de paz y prosperidad liberal, resultando en una Rusia con grandes problemas de pobreza, desigualdad que ya cargaba desde errores de su sistema al menos desde finales de los 70’s como una epidemia de SIDA, alcoholismo y drogadicción. El principal activo ruso era la formación técnica de sus ciudadanos, así como las ingentes cantidades de energéticos en gas, petróleo y tierras raras que comenzaron a comercializar con Europa haciendo parte común de su desarrollo. China por su parte comenzaba una agresiva política de industrialización maquiladora y copiadora de tecnología occidental, salvo el factor diferencial radicó en que fomento la libre competencia en las pequeñas y medianas industrias para después apoyar y potenciar las ganadoras de esta batalla darwiniana en el concierto de las naciones.
Llegado el momento por el 2006 o 2010 Estados Unidos se da cuenta del enorme crecimiento tecnológico chino, el comercio de energéticos rusos en Europa como la alianza que se dibujaba entre Alemania y Rusia, cosa que para Mackinder era impensable porque sería una amenaza a la existencia del Reino Unido (y los Estados Unidos) El país vecino dobló su apuesta por cercar a Rusia militarmente y debilitar a China comercialmente, sin importar llevarse los niveles inflacionarios de sus aliados ni de sus ciudadanos que con la crisis del COVID tampoco la tuvieron fácil en medio de una guerra militar y comercial que daría como resultado las vacunas rusas y chinas contra la covid 19.
El hervidero político sin solución del conflicto racial, la migración descontrolada y la imposición de una ideología burguesa-liberal extrema woke, hoy llamada por los conservadores el virus woke hizo que el descontento poblacional surgiera de todas las maneras posibles, incluyendo a migrantes con residencia y ciudadanía estadounidense que prefirieron votar por Trump a Kamala Harris con la esperanza de paz y una reducción inflacionaria. No obstante, pareciera un descontrol del poder político estadounidense que pretende recuperar la industria a base de la economía de cartel, prohibiendo los desarrollos chinos y rusos, la migración que requiere regular mas no exterminar y el reconocimiento de que, así como existe el virus woke, también hay un complejo militar industrial- tecnológico que lucha como Trump le da a entender frente a la innovación y las sanciones impuestas por ellos mismos.
La crisis son oportunidades
México tiene la oportunidad de fomentar su industria interna, negociar en los mejores términos posibles con los Estados Unidos, ellos nos necesitan si piensan cerrar su comercio con China y Canadá. Es tiempo de comprar barato y vender caro. Y por qué no, pensar en términos de potencias haciendo a México grande otra vez. La demografía en ambos lados de la frontera nos favorece, el bono demográfico, la mano de obra capacitada y la estabilidad macroeconómica nos permite ser socios y aliados de los Estados Unidos y a la vez fortalecer nuestros lazos con China en materia tecnológica. No necesitamos romper con China sino fortalecer las estructuras comerciales que nos son preponderantes de ellos y reducir las rutas innecesarias como lo es la fayuca y los componentes meta legales principales de fentanilo y otros opioides. Hasta ahora Trump no nos pide cosas imposibles o dañinas a nuestra economía, solo quiere estabilidad en la frontera y reducir los grupos criminales.
En este intercambio nosotros salimos ganando más de lo que ellos ganan si se tiene planeación estratégica y prospectiva. Trump no es nuestro amigo, ni enemigo, es un líder de la potencia dominante como lo han sido los otros, los mexicanos debemos dejar de sentirnos demócratas gringos, la clase política estadounidense no representa muchas veces ni a sus ciudadanos, menos a nosotros. La mejor manera de tratar con los Estados Unidos es con una buena vecindad con puntos estratégicos claros que nos beneficie a corto, mediano y largo plazo.
El desarrollo de industrias estadounidenses venidas de Asia con el friendshoring, digo nearshoring, la reindustrialización estadounidense no bastará con sus propios obreros lo que hará a México en un socio confiable en el intercambio de trabajadores altamente capacitados en la maquila, lo que generaría un efecto apalancamiento en el consumo de los dos lados del Río Grande.
Pensar en una reforma migratoria a cambio de cerrar los flujos de lavado de dinero de los grupos delictivos y su entrada de estos componentes de drogas sintéticas ayudará a reducir la violencia en el país, iniciara un seguimiento del flujo de efectivo, redes empresariales comparsa de estos grupos y su llegada a los Estados Unidos por otra parte se podrá impulsar una reforma migratoria que beneficie a ambos lados de la frontera. Y al tener ubicados los flujos migratorios y de narcóticos obliga a los Estados Unidos por imagen pública a desmantelar los grupos económicos y políticos que tienen beneplácito en este cáncer.
Posdata: el logro chino de Deepseek a largo plazo no es una amenaza ni a los mercados ni a la tecnología, la reducción de costes en inteligencia artificial como su desarrollo en código abierto nos hace crecer a todos. La Ciencia en la Guerra Fría fue una línea roja que nadie cruzó, los soviéticos y americanos cooperaron en la investigación del espacio como lo hicieron en la erradicación de la polio.
Las generaciones de políticos del mundo deben comprender que la computación cuántica, la inteligencia artificial y la biotecnología nos hace avanzar como humanidad. Juntos somos más fuertes, sí fomentamos el emprendedurismo tecnocientífico, la libre competencia con camaradería y la libertad de creatividad. De lo contrario nos destruiremos unos a otros antes de que las máquinas siquiera tengan la oportunidad de hacerlo.
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Acerca del autor: Luis Díaz es egresado de la licenciatura en Física por la UNAM, cuenta con cursos de Humanidades en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, actualmente se desarrolla en el servicio público y aspira ingresar al Doctorado en Ciencias Físicas.