By Chrystopher Zúñiga

czuniga@politicaladvisorsapc.com


Hoy en día emprender se ha hecho una moda, lo que es bueno, para el crecimiento de un país es importante que exista y también que se apoye a estos emprendimientos. En México las PyMEs son los que dan el 72% del empleo y son el 52% del producto interno bruto. INEGI nos indica que existen un aproximado de 4,1 millones de microempresas las cuales son 41% de los empleos del país.

Sin embargo, estos emprendimientos no siempre logran su objetivo y se terminan, la tasa de vida de una empresa en México es de 1 a 5 años; pero nadie te cuenta que sucede cuando llega ese momento de terminación y es necesario hacerle frente a un sinfín de circunstancias.

Si, hasta da escalofríos con solo imaginárnoslo, ya que, cuando una empresa no es capaz de seguir adelante existe una serie de circunstancias tanto legales, como económicas. La gente normalmente no comenta ni hace alarde de estas situaciones, porque son muy delicadas o incómodas y además no les gusta compartir sus fracasos con otros, por temor a ser juzgados, criticados e incomprendidos. Pero, es importante tener en cuenta que cuando uno emprende se puede vivir estos problemas y al tenerlos presentes al comenzar la constitución de la empresa podríamos intentar controlarlos y evitar que se convierta en una ola gigantesca que acabe con todo a su paso.

Algunos de los conflictos que les estoy hablando y los más comunes son de deudas con el banco, o con los inversionistas, o con tu familia, o quien haya sido tu inversor que inyectara el capital a tu idea para poderla hacer realidad. Puede haber conflictos legales con empleados por falta de pago, por incumplimiento de prestaciones laborales o despidos injustificados. Que hayas sufrido por parte de tu personal el robo del almacén, robo de información confidencial, robo de ideas o robo de clientes importantes. Agregándole de demandas por incumplimiento de servicios con clientes, problemas con tus impuestos y esto hablando de algunas dificultades leves, ya que puede haber varias otras dificultades peores. La mayoría de los lectores que apenas se están involucrando en el emprendimiento me podría decir que, con estos problemas ya es suficiente, pero tenemos que agregarle la situación emocional en la que se vive todo esto, y ponerlo en un contexto; como por ejemplo, imagínense la desesperación de no poder comer, lo que nos puede llevar a no ver una salida del agujero en que se metieron, por el deseo de estar mejor; tú confianza desmoronada por los acontecimientos que pasaron. Las cosas se pueden poner peor, y no dudo que otros lectores veteranos en el mundo del emprendimiento podrían agregar aquí sus propias historias de terror.

Por lo que realmente y siendo francos tenemos que considerar que aquellos que se aventuran en este camino o son valientes o muy ingenuos, en mi opinión creo que son más los ingenuos que toman la decisión de emprender sin saber a qué le están tirando sus esperanzas, que aquellos valientes que saben todo lo que les esperan y aun así deciden crear una empresa. Esto sucede porque nunca en ninguna conferencia, curso, diplomado o hasta en la escuela nos comentan todos estos horrores que pueden llegar a suceder cuando una empresa fracasa. Y sigo sin comprender ¿Por qué es un tema tabú hablar de estos horrores? Lo único que me queda claro es que si empezáramos a predicar el “emprendedurismo” enfocándonos solamente en el fracaso seria aún menor estos emprendimientos, afectando la economía del país, el crecimiento y realmente no existiera un progreso de la innovación que surgen a partir de estas nuevas ideas solo por el miedo a vivir estos conflictos.

Pero tenemos que aceptar que todo en la vida es de esta forma pongamos un ejemplo. Cuando creas una empresa es como cuando te aventuras al matrimonio, uno siempre espera lo mejor, ilusionado con la vida que espera vivir con su pareja “Todo un cuento de hadas” como algunos le dicen, pero seamos realistas puede haber conflictos con tu pareja, que en el caso de una empresa estos problemas son con tus socios y pueden surgir por malentendidos, por envidia, por no saber o dejar en claro que es lo que buscaban uno del otro entre muchas más y al final se divorcian. Lo que conlleva a perder todo lo que hayan construido juntos, tiempo invertido y dinero de por medio. Pero nunca cuando tomamos esta decisión de ir al matrimonio andas pensando en todos estos temas. Bueno eso era hace algunos años, sin embargo, actualmente cuando alguien toma la decisión de casarse va más preparado para estas situaciones porque están conscientes de que a pesar de que todo parece algo maravilloso, puede que no lo sea realmente y buscan prevenir que puedan perder todo en el transcurso de esta nueva aventura, incluso ponen su tiempo de prueba, conocido también como noviazgo. Por lo que debería pasar lo mismo cuando alguien busca emprender, debería preparase de igual forma y así evitar desde un inicio que todo vaya al fracaso.

Entonces ¿No quieres invertir por miedo a que pase esto? En mi opinión sería ridículo no hacerlo por este miedo, ya que es algo normal que existan los conflictos día con día, tomando otro ejemplo es como si quisieras quedarte en tu casa encerrado para que no te pase nada, en tu zona de confort evitando cualquier peligro. Sin embargo, debes saber que de igual forma todo tu hogar sigue siendo un peligro, puedes resbalar y caer por la escalera o tropezar y caerte en la cocina. A pesar de que tienes un poco más de control de tu alrededor en tu hogar, no significa que está libre de cualquier peligro. Entonces ¿Realmente vale la pena arriesgarte? Yo diría que si, ya que de la misma manera que te estas arriesgando más al salir, las recompensas pueden ser igual de grandes al salir de tu zona de confort. Pero no significa que te estoy invitando a salir corriendo por la puerta de tu casa sin fijarte si pasa un automóvil o decirte que no existe el SARS-COVID y salte a arriesgar tu vida no más porque sí. Lo que busco y deseo es que te prepares, aprendas de la misma forma que has aprendido a vivir todos estos años, ya lo haz echo y sigues haciendo todos los días, y enfrentar las consecuencias y vivir con ellas.

Por lo que reitero que es muy importante saber del tema del fracaso de una empresa ya que si conoces que podría pasarte por lo menos te podrías preparar para que algún día por cualquier situación te llegara dicho golpe, aunque no sepas con que fuerza llegue, estés prevenido y buscando que sean menor las consecuencias. De modo que el éxito sea en tus términos y sobre todo estés preparado para afrontar los buenos y malos ratos del emprendimiento.

No tengan miedo, a pesar de que si puedan ser complicados estos problemas, no les mentiré, son como la vida misma. A veces estamos arriba y otras veces estamos abajo. Podemos planear cada paso que damos, pero aun así siempre existen factores externos que nos juegan una mala jugarreta. Pero al final nos hacen crecer.

Nuestro objetivo es seguir adelante con la vida, aprendiendo de nuestras caídas, levantarnos, sanar y volverlo a intentar sabiendo que no tienes que pisar en el mismo lugar que antes. Si la gente dejara de ver este tema como tabú y más como enseñanzas para que otros puedan ver una luz cuando se sumerjan en esa oscuridad, estoy casi seguro de que esta tasa de vida de una empresa pudiera crecer más que los 5 años que en promedio hay en México. Por lo que los invito a dejar a un lado la vergüenza de fallar y mejor prediquen sus fallos, presúmanlos, para que ayuden a otros a resolver sus dudas cuando vivan un problema parecido y vean que no todo está acabado y no es el fin, sino un nuevo comienzo. Estoy seguro de que les encantaría que en ese momento de sufrimiento y desesperación hubieran podido leer en algún lugar o alguien les hubiera dicho que podían hacer, entonces solo hay que apoyarse y estoy seguro de que eso haría la diferencia.


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Acerca del autor: Chrystopher Zúñiga es licenciado en Administración de Empresas por la UVM, Especialidad en Gestión Estratégica e Innovación de Copenhagen Business School y Especialidad en la Administración de la Cadena de Suministro de la Universidad de Rutgers

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