By Carlos Sánchez

Correo: carlos.sanchez@politicaladvisorsapc.com


El derecho a un trabajo digno, donde se respeten los derechos laborales más elementales es una auténtica utopía para miles de personas que son contratadas de manera temporal como Capacitadores Asistentes Electorales, y Supervisores Electorales por parte del Instituto Nacional Electoral, quienes realizan diversas actividades dentro de las vocalías de capacitación electoral y educación cívica, y de organización electoral. No sería exagerado decir, que los CAES y SE, como comúnmente son llamadas estas figuras operativas, son de los agentes más importantes que permiten la integración de alrededor 164,500 casillas electorales, que se instalan a lo largo y ancho del territorio nacional, con la intención de recibir el voto de más de 90 millones de mexicanos inscritos en lista nominal. De acuerdo a la información proporcionada por Roberto Heycher Cardiel Soto Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, para el proceso electoral 2020-2021[1], se contrataron aproximadamente 48,000 figuras operativas, en su mayoría Capacitadores Asistentes Electorales, y Supervisores Electorales, que son pieza clave para la celebración de la jornada electoral en turno, son la cara de la máxima institución electoral de nuestro país, son quienes visitan, sensibilizan, convencen, capacitan y asisten a los ciudadanos que participaran como funcionarios de casilla, tarea nada sencilla, y más complicada aún en periodo de pandemia.

La necesidad es el factor determinante para que miles de mexicanos decidan arriesgar su salud, incluso con el peligro latente de perder la vida, pues ser Capacitador Asistente Electoral y Supervisor Electoral implica el contacto directo con miles de ciudadanos a los cuales se les visita en sus domicilios, ya sea para sensibilizarlos de participar como funcionarios de casilla, o bien capacitarlos. El riesgo de contagiarse de COVID 19 es muy alto, a pesar de que el INE ofrece cuidar la salud de su personal operativo, a pesar de que el INE afirma que lo más importante para la institución es el recurso humano, la realidad dista mucho del discurso institucional.

Con el argumento de que el personal eventual y operativo de la institución es contratado bajo el régimen de honorarios, la institución no puede brindar, ni garantizar que sus trabajadores puedan recibir asistencia médica a través de algún seguro médico.  Lo único que se le dice al trabajador como una sentencia condenatoria es que si se contagia de COVID 19, tendrá que aislarse y buscar atención médica por sus medios, acudiendo a hospitales del sector salud, que para esos días se encontraban saturados, y que era muy difícil recibir atención médica en esos lugares. Porque según los argumentos de los vocales distritales a cargo de los miles de trabajadores eventuales, no se tiene la certeza de que el contagio haya ocurrido en la realización de las actividades que como capacitador y supervisor electoral se tienen encomendadas. Lo cual resulta ilegal, inhumano, violatorio de los derechos laborales y humanos, y sobre todo actitudes carentes de ética, alejadas de los valores y principios que la institución difunde, sobre los cuales se debe regir. Pues resultaba una obviedad que existía un alto riesgo de contagio para los miles de capacitadores asistentes electorales y supervisores por las actividades propias a realizar, en una época con los niveles más altos de contagios, sin vacunas disponibles para ese momento, a pesar de que en algún momento se uso la propuesta de considerar al personal operativo para recibir la vacuna, pero en realidad sólo se trataba de una estrategia para evitar que los trabajadores eventuales decidieran renunciar, pues jamás llegaron tales vacunas. Pero la necesidad de llevar un ingreso a casa en este panorama tan complejo, es más fuerte que el riesgo de enfermar y morir.

El siguiente texto lleva implícito un sentimiento de desilusión personal, pues fui testigo directo de lo que aquí se plasma. El proceso electoral evidencio, las practicas más abusivas y violatorias de los derechos laborales y humanos de los trabajadores eventuales, pues sin las prestaciones, ni las condiciones de trabajo adecuadas salieron a las calles a visitar y capacitar a miles de mexicanos que fueron seleccionados para participar como funcionarios de casilla, muchos de ellos, sin duda se contagiaron de COVID 19, pero esta información no es importante, ni de relevancia para la institución. El INE implemento ciertos protocolos que según el discurso pretendían cuidar la salud de sus trabajadores de campo, pero que sólo son mecanismos de control que buscan que el virus no llegue a sus instalaciones, pues la promesa y compromiso para con los capacitadores y supervisores, de dotarlos de forma constante de gel antibacterial y cubre bocas se tornó en meras promesas con un tinte electorero, propio de las campañas políticas, cuyo ambiente se vuelve esperanzador, que llena de ilusión la idea de que las promesas se conviertan en una realidad. Ante las exigencias de que se cumpliera con los requerimientos de material de limpieza sanitización y desinfección para los capacitadores y supervisores electorales, constantemente se usó el argumento de que había un recorte presupuestario que estaba impactando en la dotación oportuna de ese material. Cuando se propuso dotar a los capacitadores de termómetros digitales para el que el día de la jornada electoral se pudiera verificar la temperatura de quienes acudieron a votar, se argumentó que no era posible, debido a que no existían recursos para ello, lo cual resulta indignante, pues es evidente que las acciones institucionales no giran en torno al individuo, sino alrededor de grupos e intereses de grupo. Evidenciando que sí se pudieron presupuestar montos millonarios para actividades de campaña de partidos políticos, y no se pudo considerar garantizar a cabalidad la salud de los miles de trabajadores eventuales, que son quienes más se exponían al contagio, pero esto parece ser tema de un análisis por cuerda separada, pues son determinaciones que involucran a otros actores políticos.

En atención al argumento de que la actividad electoral está sujeta a plazos y términos que se deben respetar, los cuales no son prorrogables. Los trabajadores eventuales deben aceptar trabajar en condiciones donde no se respetan las ocho horas laborables diariamente, y la gran mayoría de los trabajadores de campo u operativos, deben trabajar en horarios inusuales, desde buscar a los ciudadanos antes de que salgan de sus domicilios a trabajar, o bien después de que regresan de sus actividades laborales, por ello tienen jornadas extenuantes, y que sobrepasan las ocho horas diarias, sin que se paguen las horas extra, ni que se pague un salario doble por trabajar en domingo y días festivos, pues al ingresar a la institución aplica la máxima de que tu ser les pertenece. Sin duda, la institución ha sabido excusarse en la premisa de que como los trabajadores eventuales son contratados por honorarios, para realizar una obra determinada, no puede ofrecer condiciones diferentes de trabajo. Pero se les olvida, que gracias a esos miles de trabajadores eventuales, es posible que se celebren las elecciones en México, que gracias a la colaboración de miles de mexicanos que han dedicado gran parte de su vida a desarrollar y perfeccionar estas actividades, pues una gran mayoría decide trabajar proceso tras proceso, y que en la realidad no se reconoce esa labor, no se ha dignificado, ni se retribuye de forma decorosa ese trabajo.

El Capacitador Asistente Electoral y el Supervisor Electoral, son héroes de la democracia, con algunas penosas excepciones de quienes no realizan su labor con profesionalismo y responsabilidad, pero la gran mayoría encuentra una satisfacción personal por contribuir al ejercicio democrático, son héroes sin el afán de exagerar, teniendo que soportar desde condiciones climáticas adversas, pues tienen que trabajar bajo el sol extremo de zonas como Tehuacán, Puebla, o bien lluvias intensas que en la época se presentan, o bien caminar por calles oscuras y a horas nada aconsejadas para resguardar la integridad personal, y del equipo informático que les es asignado para realizar sus actividades. El capacitador debe ser capaz de soportar los insultos y malos tratos de ciudadanos groseros que buscan sacar su frustración, y desencanto con el sistema político mexicano, y pues el capacitador y supervisor electoral, es el personaje idóneo para arremeter y evidenciar su pésima educación, o bien simplemente porque así son muchos mexicanos. Y además a lo ya expuesto, como si pareciera poco, el personal operativo debe saber trabajar bajo presión, entendiendo trabajar bajo presión, desde la perspectiva del personal directivo de las juntas distritales, no poder manifestar opiniones personales que busquen mejorar procedimientos, y eficiente el trabajo en campo, no tener derecho a  cierto tiempo para descansar, bajo la máxima absurda que les encanta usar, es que se firmó un contrato donde se asume el compromiso de tener disponibilidad de tiempo completo, y como si en automático eso convirtiera a las personas en robots, o sí a partir de la firma del contrato, desaparece la vida familiar y personal de las personas. La disponibilidad de tiempo completo para INE se debe entender como la obligación de atender mensajes de correo electrónico, y mensajes de WhatsApp, a cualquier hora del día, incluso en horarios socialmente aceptados como para descansar, es decir, a media noche, uno, dos o tres de la mañana, bajo el argumento absurdo de que la petición de información sigue un canal de jerarquía, donde la información se solicita para ayer.

Es evidente que no existe aprendizaje, no existe retroalimentación, no se ha tomado en consideración todo el aprendizaje que el personal de campo puede aportar para mejorar los procedimientos, y prácticas que resultan obsoletas para realizar un trabajo eficiente y confiable, por ejemplo, desde hace varios años se emplea una lista, que recibe el nombre de  orden de visita, que contiene el nombre de los ciudadanos seleccionados para participar como posibles funcionarios de casilla y sus domicilios, para que los capacitadores puedan armar sus rutas de recorrido y de visita, y con ello garantizar imparcialidad en la obtención de ciudadanos aptos, o en condiciones de participar como funcionarios de casilla, pero a pesar de que se piensa que este listado está diseñado a través de un principio de proximidad geográfica entre un domicilio y otro, con la intención de eficientar la visita de los ciudadanos, en la realidad no sucede así, debido a que son listados que no están actualizados, o que el algoritmo utilizado para armar las rutas de visita no es del todo eficaz. Y a pesar, de que cada vez que se concluye un proceso electoral la institución recaba informes de actividades, comentarios, sugerencias, propuestas, nada mejora, pues al parecer no existe la intención de mejorar.

Lo verdaderamente lamentable, es que instituciones del estado mexicano como el INE, que deben ser garantes del respeto a la ley y los derechos humanos, sigan desplegando prácticas que son violatorias del estado de derecho, y que van en contra del sistema democrático, y que en teoría trabajan para consolidar un verdadero estado democrático. Es necesario reestructurar instituciones que no se encuentran a la altura de las exigencias de la realidad actual, es pertinente evidenciar que instituciones como el INE reproducen conductas por más antidemocráticas, ilegales y antiéticas. México tiene derecho a saber que aún no tenemos instituciones públicas capaces de ser referentes de pulcritud, rectitud, legalidad,  que garanticen la conformación de una nación más justa y prospera.

Reconocimiento pleno y sincero para quienes han actuado con patriotismo para ejercer sus funciones, y repudio total para quienes contribuyen a la gran simulación de la cual forman parte muchos actores sociales, políticos, e institucionales.


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Referencias:

[1] INE. (2021), “¿Cuántos Supervisores y Capacitadores Electorales contratará el INE para las #Elecciones2021?, información consultada el día 7 de agosto de 2021 en: ¿Cuántos Supervisores y Capacitadores Electorales contratará el INE para las #Elecciones2021? – Central Electoral


Acerca del autor: Carlos Sánchez es Abogado, Economista e Ingeniero; interesado en la divulgación de conocimiento objetivo, crítico y pertinente de los temas de actualidad.